Análisis

La tregua interna

IÑAKI GONZÁLEZ

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El anuncio de ETA de que viene manteniendo una tregua desde hace meses obliga a revisar el panorama político vasco empezando por la situación del Ejecutivo de Patxi López. El anuncio no genera un elemento de mayor tensión para el mismo toda vez que el pacto de lealtad de hierro que mantienen los populares vascos hacia la estabilidad del lendakari socialista está fuera de toda duda. Ese lazo es estable porque es necesario para ambos y Antonio Basagoiti ha sabido proyectar al PP en Euskadi en una dimensión sin igual con menos apoyo electoral que sus antecesores. Precisamente porque sabe capitalizar su respaldo proyectando siempre por delante la condición de que el común denominador que hace posible en Euskadi lo que no cabe en ningún otro punto del Estado es la esencia antiterrorista en el verbo y antinacionalista en las formas y el fondo de la relación.

No es el comunicado un factor desestabilizador de este acuerdo ni el Gobierno de López va a permitir que lo sea. Lo demostró ayer el consejero de Interior, Rodolfo Ares, en su escéptica valoración del comunicado, y lo dejó bien claro en junio el propio lendakari al desautorizar públicamente al presidente del PSE, Jesús Eguiguren, cuando este sugirió que los socialistas vascos, con López a la cabeza, deberían preparar y propiciar el día siguiente al final de la violencia participando en el retorno de la izquierda radical a la vida política.

Por su parte, el PNV mantiene su distancia respecto de todo el proceso que viven los herederos de Batasuna. Los intentos de construir un polo soberanista en el que trabajan Eusko Alkartasuna y la izquierda aberzale radical ilegalizada están orientados no solo a facilitar un aterrizaje de esta a la vida institucional y de los primeros a la supervivencia política, sino a disputar desde el independentismo el liderazgo aberzale al PNV. Este ya ha anunciado que su camino es otro y que no cuenten con él hasta que terminen sus propios deberes internos, que pasan por el fin de ETA.

En definitiva, la interpretación del anuncio de la organización debe orientarse hacia la clave interna. Meses de silencio de la cúpula de la banda han sido un lastre no ya para la credibilidad del proceso de debate de la izquierda radical sino para la propia cohesión del mismo. Los últimos episodios de kale borroka habían supuesto no tanto una oportunidad de desmarcarse de la violencia, como lo ha sido, sino un cuestionamiento de la verdadera cohesión en torno a un proceso que se sostiene solo en la presunción de que hay un auténtico compromiso con el fin del terrorismo. Este regalo interno no merece el repicar de campanas. Pero es un paso imprescindible para que ese día pueda llegar. Lo que los matemáticos llaman condición necesaria pero no suficiente.