Los perfiles

CÉSAR ANTONIO MOLINA: Un currante nato que no se considera político

MERCEDES JANSA
MADRID

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Cuando el jefe del Ejecutivo le llamó para sustituir a Carmen Calvo en junio del 2007, César Antonio Molina ya sabía que iba a repetir tras las últimas elecciones. Su peso en sectores intelectuales, su fama de buen poeta y su impecable expediente como director del Instituto Cervantes, que proyectó a esta institución por todo el mundo, eran un sobrado aval para no quemarle en una crisis de emergencia.

Sin embargo, hasta ahora no se conoce exactamente la orientación que quiere dar al ministerio, desde el que ha dado un perfil hiperdiscreto de la gestión y demasiado tenso en las relaciones públicas. En apenas un año se ha limitado a continuar con el trabajo iniciado por su antecesora. Pero no ha logrado satisfacer la vieja aspiración de la Generalitat de acabar con el contencioso de lospapelesde Salamanca.

"La poesía me ha hecho mejor persona", ha comentado. Se considera ante todo un poeta con algo de periodista, pero enfatiza que, desde luego, no es un político.