Alonso dice que el fin del diálogo con ETA fue por las peticiones "delirantes" de la banda

AGÈNCIES / MADRID

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El ministro de Defensa, José Antonio Alonso, ha explicado que el Ejecutivo intentó terminar con el terrorismo etarra por la vía del diálogo "como ya hicieron otros gobiernos anteriores" y ha desvelado que ese proceso quedó "destruido y enterrado" ante las peticiones "delirantes" de la organización terrorista.

Alonso ha defendido que el Gobierno "fue, es y seguirá siendo completamente claro" en materia de lucha antiterrorista y ha reiterado que "su obligación democrática" era intentar terminar con el terrorismo "como ya hicieron expresidentes como Felipe González o José María Aznar".

"Ante peticiones delirantes de la banda terrorista, como ha ocurrido otras veces en la historia de España, eso quedó destruido y enterrado, entre otras cosas con un hecho ineludible como el atentado de la T4", ha afirmado.

"No me merece ninguna credibilidad"

El ministro de Defensa ha rechazado comentar la información en la que el diario Gara asegura que el Ejecutivo y ETA acordaron el contenido de la declaración del alto el fuego permanente de la banda y el anuncio en el que el presidente del Gobierno oficializó el inicio de contactos con los terroristas. "A lo que publique o deje de publicar ese periódico no le voy a hacer ni el más mínimo comentario, es un periódico que a mí no me merece ninguna credibilidad", ha aseverado.

A juicio de Alonso el Estado debe continuar con una posición de "firmeza democrática, presión y detención de etarras y puesta a disposición de la justicia" y ha explicado que la unidad de los demócratas tiene un doble valor. Para él, "no sólo es un discurso moral, también es un mecanismo para que los encargados de luchar contra el terrorismo sientan que tienen el aliento de todos los ciudadanos".

Criterios políticos

Respecto a las declaraciones del lendakari, Juan José Ibarretxe, calificando de "recetas del pasado" la ley de partidos y la política penitenciaria, ha defendido que ambas legislaciones "son legítimas y están siendo aplicadas en el Estado de Derecho". Por ello, ha rechazado interpretar estas palabras y ha explicado que "cada uno tiene sus posiciones políticas e ideológicas".