Desperfectos
Valentí Puig

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Escritor y periodista.

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El Imperio chino cabalga

Esperan a saber si el Despacho Oval será para Biden o Trump. No quieren meterse en muchos líos como Rusia. Intentan comprender el sistema decisorio de la Unión Europea

El IPC chino cae un 0,8 %, su cuarto descenso seguido y el de mayor calado en casi 15 años

El IPC chino cae un 0,8 %, su cuarto descenso seguido y el de mayor calado en casi 15 años

Los mejores espadachines de la geoestrategia se van retando para dirimir si China va a superar o ya supera a los Estados Unidos o si es que no. La mutación económica de China tiene algo de fiebre del oro, como el empuje de California en 1849, con los buscadores de pepitas doradas cruzando las calles enfangadas de San Francisco para arruinarse en una partida de póquer. 

Ahora la alcaldesa de San Francisco está en China para promocionar su ciudad como destino turístico. Esos son los giros que retocan el mundo. En los años de la fiebre de oro llegaron a San Francisco los 'coolies' –mano de obra baratísima- transportados por mar en peores condiciones que el ganado y pagados lo mínimo para poner los raíles de las líneas transcontinentales. Los rufianes de San Francisco les acorralaban para cortarles la coleta. Ahora mismo, las élites de la China tecno-autocrática han estudiado en las grandes universidades norteamericanas.

Como siempre, la colonia china logró asentarse, laboriosa, ahorradora e inteligente. La Chinatown de San Francisco sigue siendo una de las mayores presencias asiáticas en todo el mundo y todavía un filón para Hollywood. En aquellas calles las historias de amor y de odio, de guerras tribales entre chinos e irlandeses, de crimen y venganza, de finanzas y comercio, vicio y virtud confuciana, todo transcurría como el gran dragón y a media voz, a media voz, con disimulo oriental. Ahí llegaban los tentáculos del personaje Fumanchú, presunto descendiente de la familia imperial china. 

Entre tantos otros horrores, el Gran Timonel que fue Mao llevó a sus súbditos a la hambruna de 1959-1961 en la que murieron más de cuarenta millones de personas. Con Deng Xiaoping, superviviente de la revolución cultural maoista, China comenzó a abrir su economía y con el ingreso en la Organización Mundial del Comercio, pasó a ser una superpotencia. Y así hasta el emperador Xi Jinping y la competencia económica a fondo con Estados Unidos, una carrera por ahora sin 'photofinish'. Si al final de la guerra fría se pensó que China iría practicando una cierta transición democrática, ya casi nadie considera esa posibilidad.  

La tenacidad china y su forma sin pluralismo de proyectarse a largo plazo acaba teniendo su recompensa: de ir a buscar 'coolies' para trabajar a destajo a intentar atraerles como turistas, la rehabilitación de un imperio se confirma. Se constata en África, en el Cono Sur, en ambos mundos: comercian, construyen, especulan. Presionan con persistencia, ocupan posiciones. Esperan a saber si el Despacho Oval será para Biden o Trump. No quieren meterse en muchos líos como Rusia. Intentan comprender el sistema decisorio de la Unión Europea. 

Llegarán más turistas chinos a San Francisco, al museo de cera de Madame Tussauds, a la Alhambra de Granada y a la plaza de San Pedro. Durante décadas seguirá la competencia entre China y los Estados Unidos. Ahí no todo está escrito. Sobre los poderes de Fumanchú, al principio hubo que temerle como uno de los enemigos de Occidente, pero acabó siendo un aliado efectivo cuando comenzó la Guerra Fría.

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