Elecciones del 12M
Pilar Rahola

Pilar Rahola

Periodista y escritora

Por qué confiar en El PeriódicoPor qué confiar en El Periódico Por qué confiar en El Periódico

Eje nacional, eje ideológico

Al PSC le resultaría difícil formar un tripartito que niegue la investidura a Puigdemont si este gana, y mantener los apoyos de Junts al PSOE. Pero la incógnita más grande es la del pacto Junts-ERC

Leonard Beard

Leonard Beard / Europa Press

Dos cosas parecen claras en estos preámbulos brumosos de las elecciones, donde aún todo puede suceder: la primera, que el binomio Illa/Puigdemont será el eje central sobre el que pivotará la campaña; y la segunda, que el presidente no lo decidirá el resultado de uno u otro candidato, sino las alianzas que pueda tejer. Es decir, no será suficiente con ganar las elecciones, también habrá que dominar el arte de los pactos, sin los cuales no habrá gobierno. Y en este punto, habrá que saber cuál de los ejes, el eje nacional o el eje ideológico, prevalecerá a la hora de posibilitarlo.

Esta clave, que siempre tiene mucho peso en las elecciones catalanas, obligará a unas clarificaciones incómodas que en estos momentos no parecen cercanas, a excepción de los Comuns, que optan por el eje ideológico y solo visualizan un tripartito con ERC y PSC. De hecho, han vetado expresamente a Junts, y evidentemente no tienen nada que hacer con el PP; por lo que sus posiciones son claras y rotundas. Pero, clarificada la posición de Comuns, el resto es todo brumoso.

De entrada, la primera incógnita es la del PP, que con seguridad incrementará sus votos, no en vano se llevará una parte de la tarta de Ciutadans. En este caso, según sean los resultados, Alejandro Fernández podría marcarse 'un Barcelona' y facilitar la investidura de Illa, asumiendo el eje nacional, en su versión española. Pero esa posibilidad choca con la agresiva campaña del PP contra el Gobierno de Sánchez, y con su sueño húmedo de que las catalanas comporten unas nuevas elecciones generales. La segunda incógnita es el propio PSC, que debe hacer numerosos equilibrios entre su tendencia al tripartito y su necesidad de mantener el Gobierno de Sánchez, no en vano si Puigdemont ganara las elecciones y un tripartito con ERC le negara la investidura, parecería difícil poder mantener los acuerdos con el PSOE. Catalunya es clave para los socialistas españoles, porque es la única plaza fuerte que les queda en el Estado, pero, al mismo tiempo, resulta también clave mantener los vínculos con Junts, que a su vez mantiene el Gobierno de Sánchez. Asimismo, Salvador Illa podría dejarse investir a modo Collboni, con la abstención del PP, si salieran las sumas, pero sería un escándalo mayor que el de Trias, si el ganador fuera Puigdemont. En resumen, el PSC estará sometido a unas pruebas de estrés tan considerables que no permiten realizar prospectivas ajustadas.

Pero la gran incógnita que deberá ser clarificada antes de las elecciones será la del pacto Junts-ERC, porque de él depende la tendencia del voto de una parte considerable de los ciudadanos. Y esta incógnita, que es la más importante para clarificar el panorama, resulta también la más difícil de responder, dada la experiencia del último acuerdo de gobierno, y las malas relaciones de ambas formaciones. ¿Qué hará ERC? ¿Priorizará el eje ideológico, como ha hecho en los últimos tiempos, y facilitará un acuerdo tripartito, si gana Illa? Es decir, ¿los republicanos están dispuestos a hacer presidente a Salvador Illa? ¿Y se atreverá a hacerlo si Puigdemont gana? O, de lo contrario, ¿priorizará el eje nacional, olvidará los viejos rencores y facilitará una presidencia con Puigdemont, a quien a estas alturas consideran su principal adversario? No olvidemos que incluso han forzado el calendario electoral para dificultar el regreso de Puigdemont, por lo que investirle presidente, si lo permiten los resultados, será un sapo enorme para el estómago republicano. Pero, ¿está dispuesto a negarle la presidencia si gana? Y en cuanto a Junts, que ha dejado clara la priorización del eje nacional, ¿tiene otra opción que gobernar con ERC, a pesar de las muchas ofensas que ha acumulado? En cualquier caso, no parece posible imaginar un acuerdo con el PSC, con un Illa situado en la rama más españolista de su partido, y no hay nadie más en el panorama, a excepción de una CUP nada confiable que suele dejar a todo el mundo en la estacada

Visto con esta perspectiva, es evidente que ERC y Junts tendrán que ser claros en su estrategia de pactos, especialmente ERC, que hasta ahora ha practicado una ambigüedad calculada entre el eje ideológico y el eje nacional. Pero es una ambigüedad que no podrá mantener, porque Puigdemont impondrá el relato Catalunya/Espanya desde el primer minuto, y obligará a tomar posiciones. Las elecciones darán un ganador, pero los pactos harán un gobierno, y a estas alturas, todo es posible.