Política municipal
Joaquim Coll

Joaquim Coll

Historiador

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Un problema llamado Colau

La exalcaldesa no ha sabido perder las elecciones ni entender el nuevo equilibrio de fuerzas, y se ha lanzado a un órdago que se ha llevado por delante los presupuestos de la Generalitat y del Estado para 2024

Colau acusa a Collboni de esconder que no quería pactar los presupuestos con ella: “Ha pasado un mes y no me ha llamado”

Barcelona en Comú decide votar ‘no’ a los presupuestos del gobierno de Collboni

Ada Colau en una entrevista en Catalunya Ràdio

Ada Colau en una entrevista en Catalunya Ràdio / @CatalunyaRadio

El resentimiento es un arma tan poderosa como peligrosa, que no sienta bien a nadie. Por desgracia, la política municipal en Barcelona va a estar marcada por esa pulsión, por el rencor de Ada Colau hacia Jaume Collboni. La exalcaldesa lleva muy mal que no haya tripartito, que el socialista no haya querido renovar el pacto con los Comuns, y optado por una geometría variable en base al apoyo de ERC, formación que solo tiene cinco concejales, y que tras las elecciones catalanas podría integrarse en el gobierno municipal. Collboni, a quien Colau ya le ha dicho de todo menos bonito, actúa desde una lógica aplastante. Solo con los Comuns no sumaba mayoría, ERC no deseaba participar en ese tripartito, y tampoco nadie quería ver a la exalcaldesa de nuevo en el gobierno de Barcelona. Pactar con Junts, en cambio, sí le daba al PSC mayoría, pero políticamente no era aconsejable tanto por el factor Puigdemont, como porque, tras la anunciada marcha de Xavier Trias, en ese grupo municipal no se sabe quién manda.

Colau no ha sabido perder las elecciones ni entender el nuevo equilibrio de fuerzas, y se ha lanzado a un órdago que se ha llevado por delante los presupuestos de la Generalitat y del Estado para 2024. Iban a ser las últimas cuentas expansivas antes del inevitable ajuste del gasto que se impondrá desde Bruselas en 2025. Solo Barcelona ha perdido 650 millones en inversiones para equipamientos como el Hospital del Mar, la ampliación del metro, o la construcción de siete nuevos juzgados. Los sindicatos están que arden contra Colau por haber llevado a los Comuns a votar frívolamente en contra con la excusa del Hard Rock, cuando su objetivo era presionar a ERC para que forzara un tripartito en Barcelona. Mañana, BComú votará también en contra de unas cuentas municipales claramente progresistas, donde la principal partida es la política social. Lo hará sin esgrimir ya ninguna excusa, reconociendo abiertamente que lo hacen porque se han quedado sin poltronas. El partido de Colau navega sin rumbo, víctima del problema que ella representa para Barcelona y la izquierda.

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