Cuarto aniversario de la pandemia
Carles Francino

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Periodista

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Saldremos majaras

Se forraron traficando con aquellas mascarillas que convirtieron el mundo en un mercado persa de sálvese quien pueda

AYUSO

AYUSO

'Kárate a muerte en Bangkok' es el título de la primera película de Bruce Lee. Se rodó en 1971, en Tailandia, con un presupuesto raquítico y en condiciones deplorables; aunque, contra todo pronóstico, pegó un pelotazo en taquilla y alumbró el mito del luchador de artes marciales que podía con todo. En este caso, contaba la historia de un emigrante chino enfrentado a una trama de ladrones y traficantes, en la que volaban los cuchillos por todas partes y donde acababa palmando casi hasta el apuntador. Vale. Pues la política española, sobre todo el combate asalvajado entre las dos grandes marcas del bipartidismo, PP y PSOE, ya es como una secuela de 'Kárate a muerte en Bangkok'. Y como bien se explica en cualquier otra película de temática mafiosa: "Si tú tocas a mi familia, yo toco a la tuya". Lo hemos comprobado estos últimos días, en los que el lanzamiento de estiércol ha alcanzado niveles olímpicos.

Creo, por cierto, que en la última refriega, con fraudes fiscales, casas de lujo, novios y 'maseratis' de por medio, Ayuso sale tocada; y solo el tiempo dirá si también hundida. Pero lo que de verdad me apena es que todo este aquelarre, incluida la patética campaña para proteger a Aznar de su histórica mancha del 11M, coincida con el cuarto aniversario de la pandemia. Y encima confirmar otra vez que los listillos de turno -ya veremos si, además, delincuentes- que aparecen en todas las crisis, se forraron traficando con aquellas mascarillas que convirtieron el mundo en un mercado persa de sálvese quien pueda. Después de los casi 200.000 muertos, de los dos millones de personas que siguen con síntomas de covid persistente, del esfuerzo titánico del personal sanitario, de los empleos perdidos, del miedo que pasamos todos, del dolor que nos atravesó... Que cuatro años después estemos como estamos, pone mala nota a las dotes adivinatorias de quienes pronosticaban que saldríamos mejores. Se equivocaron. Por pocas letras, pero se equivocaron. Porque a este paso no saldremos mejores, saldremos majaras.

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