'Kate Gate'
Agnès Marquès

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Periodista

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Sólo la verdad funciona

Los 'royals' también lloran

Kate Superstar: de icono de moda, perfección y modernidad para los británicos al fundido en negro

La princesa de Gales, Kate Middleton, durante un acto en mayo de 2023.

La princesa de Gales, Kate Middleton, durante un acto en mayo de 2023. / KIN CHEUNG / AP

Después de cultivar durante años una buena imagen que la ha llevado a ser la "royal" preferida de los británicos, es inquietante ver cómo un gesto, un solo gesto, es capaz de romper el hechizo. Lo radicalmente humano es siempre desencadenante de grandes desastres.

Kate Middleton está en el centro de la conversación social. Hay quien sitúa el tema en el terreno de los chismes, pero esta crisis habla de muchas cosas más: de la importancia de una comunicación eficiente y veraz, de la desactualización de una institución ya de por sí anacrónica como la monarquía... En su caso, además, cuestiona el futuro de la misma y despierta el fantasma de la fatalidad de Lady Di. ¿A qué esperan en el Palacio de Kensington para dar un paso certero y salir de este embrollo con alguna verdad?

Solo la verdad funciona, aunque sea solo un trocito de la verdad. Y acceder a ella es cada vez más complicado. La fotografía de marras estaba tan mal retocada que rápidamente hasta los 'photoshopers' menos adiestrados supieron encontrar los elementos que alejaban la imagen de la realidad. Un juego de niños comparado con las herramientas de la inteligencia artificial, capaz de crear fenómenos como Aitana, la influencer y modelo virtual que sabemos que no es real sólo porque nos lo han dicho. La inteligencia artificial nos compromete hasta el punto de hacer caer uno de los principios básicos de la construcción del conocimiento humano: si no lo veo no lo creo. Ver para creer. Nunca ha sido un método infalible, todos hemos caído alguna vez en alguna trampa siguiendo este principio, pero nunca como ahora había quedado tan superado.

Y por ese motivo la chapuza del Palacio de Kensington, o de la misma Kate según la versión oficial, es tan atractiva y nos engancha tanto. Porque es imperfecta, rematadamente humana. Cutre y chapucera. De risa. Los 'royal' intocables convertidos en mortales. Casi casi como verlos en pijama o con un calcetín agujereado. Porque retocar una foto, admitámoslo, es muy de mortal que intenta esconder la fealdad, mejorar la apariencia. Y cuidar las apariencias está bien hasta que se nota que lo estás intentando mucho, que le das demasiada importancia... porque sólo la verdad funciona.