Opinión | Adelanto electoral

Joaquim Coll

Joaquim Coll

Historiador

La culpa, de nuevo, de Colau

Una vez agitado el fantasma del Hard Rock, no han sabido rectificar, y el tiro les ha salido por la culata

La presidenta de En Comú Podem en el Parlament, Jéssica Albiach, y la exalcaldesa Ada Colau, en un acto

La presidenta de En Comú Podem en el Parlament, Jéssica Albiach, y la exalcaldesa Ada Colau, en un acto / MANU MITRU

La convocatoria de elecciones ha causado desconcierto y enfado. Nadie entiende por qué se han tumbado unos presupuestos expansivos, tanto en política social como en inversiones. Si Catalunya lleva tanto tiempo soportando unos gobiernos mediocres, no venía ahora de esperar unos meses más. Podíamos aguantar hasta principios de 2025, y entre tanto disponer de unas cuentas aseadas que incrementaban el gasto en partidas que mejoran la vida de la gente. Además, todos los millones son pocos para luchar contra las consecuencias de la sequía. La oposición al Hard Rock que esgrimían los Comuns era una excusa improvisada y mediocre. Ese proyecto ya existía el año pasado, y los de Jéssica Albiach no tuvieron reparos en votar los presupuestos de 2023. Pero Ada Colau, que por razones personales no ha sabido irse del consistorio, no soportaba la idea de que en Barcelona no hubiera tripartito. La exalcaldesa lo venía exigiendo desde finales de verano pasado, con una crítica feroz al alcalde socialista Jaume Collboni. Como en ERC tampoco estaban por la labor, los Comuns decidieron amenazar con rechazar los presupuestos de la Generalitat.

Una vez agitado el fantasma del Hard Rock, no han sabido rectificar, y el tiro les ha salido por la culata. Pere Aragonès ha visto la ocasión de convocar elecciones y amarrar los votos que tiene. Cree que el año próximo estará peor, mal gobernando con presupuestos prorrogados, y comiéndose el marrón de las consecuencias de una sequía atroz. Adelantar las elecciones tiene la ventaja de que pilla a Junts sin candidato, con muchos líos internos, y con Carles Puigdemont fuera de España. Su temida candidatura a la Generalitat volvería a ser simbólica. Y al PSC, que parte como favorito con Salvador Illa, le sorprende algo más débil por el caso Koldo y con una parte del votante todavía digiriendo la pesadez de la amnistía. Son unas elecciones innecesarias e imprevisibles, que puedan dar la entrada en el Parlament a un segundo partido de extrema derecha, la Aliança Catalana de Sílvia Orriols. Todo va a complicarse más, por culpa, de nuevo, de Colau.

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