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Martí Saballs Pons

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Director de Información Económica de Prensa Ibérica.

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Quién puede haber tras la OPA a Talgo

Europa está en guerra. Por el momento, indirecta. Las inversiones en el sector de Defensa y las necesidades de cubrir todos los flancos, para evitar traspaso de tecnología a regímenes indeseados, se irá incrementando

Los ingresos de Talgo casi triplican los del grupo húngaro que lanza la opa

El grupo húngaro Magyar Vagon niega estar vinculado a Rusia e insiste en lanzar la opa sobre Talgo

Desafío al Gobierno: Magyar Vagon lanza la opa sobre Talgo y el Consejo la ve "amistosa" y "atractiva" para los accionistas

Desafío al Gobierno: Magyar Vagon lanza la opa sobre Talgo y el Consejo la ve "amistosa" y "atractiva" para los accionistas

Hay marcas que recuerdan la infancia. Hubo una época en que la triste España industrial y tecnológica de tiempos pretéritos estaba abanderada por escasas sociedades. Una de ellas era Talgo, fabricante de trenes, que situó en el mapa del liderazgo empresarial a dos apellidos: Goicoechea y Oriol. Con el tiempo, Talgo fue perdiendo vitola y, como tantas medianas empresas industriales, menudea haciendo poco ruido en un sector cada vez más controlado por las grandes multinacionales alemanas, francesas, japonesas y estadounidenses. En España, CAF le cogió el relevo como líder de este sector. Talgo cotiza en bolsa y su propiedad fue repartiéndose entre los accionistas fundadores, nuevos entrantes como la familia Abelló y fondos de inversión.

La reaparición del fabricante de trenes en la primera línea informativa ha sido causado por la OPA lanzada por una pequeña compañía húngara -Magyar Vagon-, que factura tres veces menos que Talgo (652 millones). Que la empresa de un país perteneciente a la UE quiera comprar la de otra nación europea, no debería generar dudas. Pero si esta empresa está controlada en un 45% por un fondo de aquel Estado, Corvinus, muy activo en Centroeuropa, es para empezar a plantearse interrogantes. Más, si el Gobierno de Hungría está en manos de un dirigente conocido por sus buenas relaciones con Vladímir Putin. Viktor Orbán, de pasado liberal y de presente ultranacionalista conservador, no es precisamente un europeísta convencido. Solo a regañadientes, Hungría ha ido aceptando las sanciones contra el régimen dictatorial ruso y la ampliación de la OTAN a Finlandia y Suecia.

Para acabar de rematar las dudas, la decisión del Gobierno español de hacer todo lo imposible para evitar la OPA húngara. Talgo forma parte del grupo de empresas estratégicas por el uso de alta tecnología que hay que defender, para evitar intromisiones de accionistas sospechosos. Si el ministro de Transporte, Óscar Puente, ha afirmado que detrás del grupo húngaro está Rusia es porque el Gobierno español tiene pruebas. Un detalle: uno de los grandes proyectos de Renfe se desarrolla para crear la línea de Alta Veocidad que una a las capitales de los tres países bálticos, atemorizados por las amenazas de Putin. En ese sector, todo se conoce.

Europa está en guerra. Por el momento, de forma indirecta. Las inversiones en el sector de Defensa y las necesidades de cubrir todos los flancos, para evitar traspaso de tecnología a regímenes indeseados, se irá incrementando. Estamos en las vísperas de una nueva etapa de mayor intervencionismo, control y participación de los fondos estatales -ya existentes o en creación- en el mundo empresarial. Sirven los ejemplos ya existentes, como el fabricante de aeronaves civiles y de defensa EADS/Airbus. Talgo es una pequeña mota en el paisaje del nuevo mundo que se está gestando. El Gobierno debe aclarar cuanto antes la anunciada implicación rusa. Los accionistas de la empresa se mueren de ganas de vender

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