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El problema no era (ni es) el Barça

El presidente del FC Barcelona, Joan Laporta, en la entrevista en RAC1

El presidente del FC Barcelona, Joan Laporta, en la entrevista en RAC1 / Europa Press

Albert Sáez

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Las empresas subcontratadas por la constructora designada por el Barça para levantar el nuevo Camp Nou participan en al menos otras cuatro grandes obras de la ciudad. Gabriel Ubieto y Elisenda Colell han constatado que realizan las mismas prácticas por las que la Inspecció de Treball les ha abierto un expediente en el Camp Nou. Veremos cómo acaba. Pero esta nueva información, a la que hemos dedicado el mismo esfuerzo y rigor vuelve a desmentir al presidente Joan Laporta cuando acusó a este diario de capitanear una campaña cuyo único objetivo era perjudicar el proyecto del Espai Barça respondiendo a unos intereses tan ocultos que no pudo explicar.

A Laporta le gusta la brocha gorda con la que tapa la boca a todo aquel que no le dice lo que quiere oír, empezando por los miembros de su junta y los empleados del club. El periodismo necesita ser independiente para poder hablar cuando alguien pretende que todos callen. Y en eso estamos.

Las prácticas de estas subcontratas se replican en obras financiadas por el sector público (Adif, la Generalitat o el Ayuntamiento) y su responsabilidad no es directa como ya dijimos que no lo era en el caso del club. Si las malas prácticas son calificadas definitivamente como faltas graves por la Inspecció, serán los subcontratistas los que deberán asumir toda la responsabilidad. Pero ello no obsta para que los promotores de cualquier gran obra, sea pública o privada, pongan todos los mecanismos a su alcance para evitar licitarlas a quienes presentan ofertas basadas en una baja temeraria de los precios que acaba convirtiéndose en una baja temeraria de los costes a costa de los derechos laborales. No todo el mundo en el sector de la construcción actúa de esta manera. Y por eso muchos se quejan de que el Barça o algunas administraciones solo se fijen en el precio sin atender a la vigilancia por la manera cómo se consigue bajarlos o financiar otro tipo de sobrecostes que se acaben generando.

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