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Josep Maria Fonalleras
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Gonzalo Pérez Jácome: el gallego que soñaba con subir a los rascacielos

En la mejor tradición del populismo, su trayectoria es una mezcla de cierta habilidad para captar la atención (y hacerse portavoz de las causas perdidas), impertinencias, consejos de autoayuda y contradicciones

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l líder de Democracia Ourensana, Gonzalo Pérez Jácome, ejerce su derecho a voto en el colegio Santo Domingo en Ourense, este domingo.

l líder de Democracia Ourensana, Gonzalo Pérez Jácome, ejerce su derecho a voto en el colegio Santo Domingo en Ourense, este domingo. / EFE/ Brais Lorenzo

Una frase pronunciada por Gonzalo Pérez Jácome, actual alcalde del Concello de Ourense y dirigente del partido que ha logrado un escaño en el Parlamento gallego (el más 'barato' de la legislatura, con poco más de 15.000 votos, todos en la provincia de Ourense, un 1% del conjunto autonómico) define a la perfección su talante. Ha dicho que él siempre se ha dedicado al sonido: "Si no ecualizas al guitarrista y le das el volumen suficiente, no se le escucha". Deberíamos cambiar sonido por ruido, que es lo que Pérez Jácome ha hecho toda la vida, y ya tendríamos la ecuación resuelta. Su padre, José Luís Pérez, fundó en 1962 un establecimiento que bautizó (¡todo un prodigio del 'naming'!) como Jolper Música. Se dedicaba a vender televisores, equipos de música e instrumentos. Tras una infancia y una adolescencia enrevesadas y gamberras, el joven Gonzalo viajó a Estados Unidos y, al regresar, se hizo cargo del negocio familiar. Por eso dice que se ha dedicado al sonido, transmutado en ruido mediático en base a declaraciones subidas de tono, mentiras, exhibicionismo y provocaciones.

Lo cierto es que, en la mejor tradición del populismo, la trayectoria de Pérez Jácome es una mezcla de cierta habilidad para captar la atención (y hacerse portavoz de las causas perdidas, como Ourense, la capital más envejecida y una de las más tristes de España), de impertinencias, consejos de autoayuda y contradicciones. "Me veo a mí mismo como una persona inteligente, intrépida, íntegra y, sobre todo, humilde". En cuanto a la integridad, hay mucho que decir, con oscuros episodios de acusaciones de sobornos, blanqueo de dinero y triquiñuelas diversas. En cuanto a la inteligencia, al menos podríamos hablar de ello: cierta intuición política es innegable. En cuanto a la humildad, basta con leer la autodefinición. Eso sí, el personaje es intrépido. En 2002 participó en la famosa carrera vertical que consiste en subir corriendo los 86 pisos y los 1.576 escalones del Empire State de Nueva York. Le gustó tanto la experiencia que la trasladó a España. Durante diez años organizó una competición similar en el Hotel Bali, de Benidorm, por supuesto con menos pisos y peldaños que la original.

La fiebre por las alturas y los rascacielos llegó al paroxismo en el 2019. Pérez Jácome fue alcalde de Ourense gracias a los votos del clan Baltar, dominadores del panorama de la provincia durante más de treinta años (el “baltarismo” de los “caciques buenos ”, como ellos mismos se definían). A cambio, él, que les había criticado a través de la televisión pirata Auria TV (dijo de José Manuel Baltar que era un “psicópata con corbata”), votó a favor de que la estirpe continuara reinando en la Diputación. Pues bien, ese año, de común acuerdo entre ambas instituciones, y a raíz de la recalificación de unos terrenos, Pérez Jácome se inventa la idea de construir un edificio mastodóntico en las afueras de Ourense. Un “gran rañaceos” de 80 pisos y 300 metros de altura. Por ahora, el esperpento no se ha culminado, aunque antes de las últimas elecciones municipales, el alcalde hizo modificar el plan urbanístico para que, tarde o temprano, Ourense tenga el rascacielos más alto de Europa. La cuestión era llamar la atención. Es probable que en sus sueños más húmedos aparezca la imagen del hombre que sube corriendo peldaños sin tener que salir de casa.

El excelente escritor Juan Tallón, colaborador de EL PERIODICO, ha dicho que, para Pérez Jácome, "la alcaldía es el juguete de una personalidad infantil, un pequeño capricho de alguien emocionalmente inestable". Es la percepción que se extrae del libro “Me informaron mal”, firmado por un tal Gundisalvo Ferreira, seudónimo del personaje en cuestión. Lo repartía en las librerías de la ciudad y vendió cuatro. Después, afirmó que era una biografía apócrifa y se desentendió de ella. ¡La lástima es que el contacto de la editorial que lo publicó era el teléfono de la tienda Jolper Música! Se relatan facecias de todo tipo, a la manera de un pícaro descarado que engaña, distorsiona y se ríe del muerto, del vivo y del hoyo. Ahora, parece que escribe otro, “Manual Humano”, que incluirá sentencias como esta: “Lo más importante de la vida es la propia vida, porque la alternativa es la nada”. O como esta otra, eje ideológico de su programa: "Hay dos tipos de gallegos: los de Ourense y el resto". Como dice él mismo: “No somos ni de derechas ni de izquierdas; somos ourensanos”.

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