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Dos ejes a la espera: Moreno/Azcón y Ayuso/Mazón

El presidente valenciano es uno de los nuevos y poderosos alfiles del PP que quieren asumir un papel propio dentro del partido -gran paradoja- más descentralizado de España

Juanma Moreno, Fernando López Miras, Emiliano García-Page y Carlos Mazón, en la última edición de Fitur.

Juanma Moreno, Fernando López Miras, Emiliano García-Page y Carlos Mazón, en la última edición de Fitur. / JUNTA DE ANDALUCÍA

Martí Saballs Pons

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Carlos Mazón, presidente de la Generalitat de la Comunitat Valenciana, se dirigió en su turno de saludos a Josep Oliu como «presidente ejecutivo del 'alicantísimo' Banco Sabadell». Frente a él, un auditorio de 1.500 personas que asistían a la gala de los 'Importantes' del diario 'Información' de Alicante, propiedad de Prensa Ibérica. Mazón jugaba en casa, nació en la ciudad costera y utilizó su discurso de clausura para la reivindicación del peso económico y social de la quinta provincia española en número de habitantes. Aprovechó para reclamar más inversión en el territorio, según él, el más perjudicado en las inversiones de los Presupuestos Generales del Estado; y ofreció una docena de promesas, proyectos y declaración de objetivos: desde solucionar el problema hídrico hasta reclamar el regreso de la Dama de Elche a su ciudad. Por supuesto, que no falte la nueva moda de invertir en tranvías o en la industria cinematográfica.

Mazón es uno de los nuevos y poderosos alfiles del PP que quieren asumir un papel propio dentro del partido -gran paradoja- más descentralizado de España. Si el PSOE ha ido derivando en un cesarismo sanchista sin aparentes disensiones internas salvo la simbólica del presidente castellano manchego Emiliano García-Page, el PP es ya un atribulado grupo de taifas producto del poder y peso específico que rezuman los presidentes autonómicos.

Si esta semana fue Mazón quien reivindicó desde Alicante sus propias políticas y aprovechó para lanzar una andanada a aquellos que desde la sociedad civil y política catalana esperan el regreso del Sabadell a sus orígenes, la semana pasada fue el presidente aragonés, Jorge Azcón, quien reivindicó su comunidad en un acto de ‘Activos’ y El Periódico de Aragón. Azcón aprovechó para marcar objetivos: quiere que esta comunidad sea el centro logístico y de datos de la península (por cierto, en parte ya logrado gracias al trabajo realizado por el expresidente socialista aragonés, Javier Lambán), bajar impuestos y reducir burocracia. Y un guiño: alabó las políticas fiscales realizadas por Juan Manuel Moreno Bonilla, presidente de la Junta de Andalucía.

Si Mazón y Azcón llevan medio año como presidentes de sus comunidades en sendos pactos de Gobierno con Vox, Moreno ha iniciado su quinto año como presidente andaluz, al igual que Isabel Díaz Ayuso. Los dos ganaron con mayoría absoluta. A esta lista, el domingo por la noche podría consolidarse un quinto peso pesado, Alfonso Rueda, si consigue ganar con claridad en las elecciones gallegas. La victoria sin contestación del heredero del actual líder del PP, Alberto Núñez Feijóo, serviría para reivindicar el poder popular en una comunidad que solo ha dejado de gobernar cuatro años -de 2005 a 2009- desde 1990. Si, en cambio, este domingo por la noche, Puerta -léase Feijóo- no suma para hacer Gobierno, el futurible del nuevo PP estará en manos de la confluencia de dos poderosos ejes: Moreno-Azcón frente a Ayuso-Mazón.  

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