Ágora
Elisabet Bach

Elisabet Bach

Presidenta de Autónomos PIMEC

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Autónomo contra autónomo

Cuidar la salud física y emocional no es solo un reto para nuestro colectivo, sino que tiene que ser una prioridad para las administraciones públicas y la sociedad

Esta es la última obligación de Hacienda para los autónomos: así tienen que ser las facturas

Esta es la última obligación de Hacienda para los autónomos: así tienen que ser las facturas

Las personas autónomas, a menudo, tenemos una lucha interna contra nosotras mismas. Hoy en día, como también sucede al resto de personas trabajadoras, es muy difícil compaginar nuestra vida laboral con nuestra vida personal.

Pero, a diferencia de los trabajadores y trabajadoras por cuenta ajena, el colectivo de autónomos somos responsables de la producción, las ventas, la gestión y la facturación de nuestra actividad empresarial.

Tenemos que dedicar todas las horas necesarias para lograr el objetivo de cubrir gastos y tener los ingresos suficientes con horarios que a menudo exceden el horario habitual de trabajo.

Todas estas cuestiones, esfuerzos y responsabilidades dejan poca energía y poco margen de tiempo para la conciliación familiar y para el tiempo de atención personal destinado a cuidar nuestra salud emocional y física, cosa que dificulta necesidades tan básicas como poder ir al médico.

Y es que la ausencia en el día a día del negocio puede tener consecuencias negativas como, por ejemplo, la pérdida de ingresos o la acumulación de tareas pendientes.

Conscientes que estos elementos inciden en la rentabilidad y la sostenibilidad del negocio, desde PIMEC Autónomos defendemos la necesidad de poner el foco en este tipo de problemáticas para lograr el bienestar de las personas y, en consecuencia, de la actividad empresarial. Porque cuando se trata de compaginar el bienestar del negocio y de la vida personal, a menudo uno es a expensas del otro.

Nos encontramos en un entorno donde la normalidad es el cambio constante. El autónomo tiene que combinar el esfuerzo constante en la gestión del día a día con el pensamiento de cómo adaptar la actividad a los retos normativos, sociales, tecnológicos, económicos y medioambientales que se plantean. Este hecho supone un desgaste emocional y físico importante y, a la vez, el bienestar de la persona es capital para que se pueda hacer.

En el ámbito empresarial, este bienestar ayuda a hacer frente en el día a día, a los retos y trabas, a poder tomar decisiones conscientes, a tener más productividad y rentabilidad y, en definitiva, a generar beneficio en el negocio y a fomentar la sostenibilidad.

Por todo esto, insisto en la idea que cuidar la salud física y emocional no es solo un reto para nuestro colectivo, sino que tiene que ser una prioridad para las administraciones públicas y la sociedad.

No luchamos en nuestra versión de autónomos como trabajador o trabajadora en contra de nuestra versión de autónomo como persona. Si queremos que nuestras empresas funcionen, nuestra salud y nuestro bienestar también lo tienen que hacer.