Apunte

El campo también existe

¿Qué piden los agricultores de Francia y resto de Europa? Claves de las protestas

Los agricultores protestan en Bruselas durante la cumbre europea

Los agricultores protestan en Bruselas durante la cumbre europea / Hatim Kaghat / DPA / EUROPA PRESS

Agustí Sala

Agustí Sala

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En 1985, Joan Manuel Serrat puso música a poemas del uruguayo Mario Benedetti bajo el título 'El sur también existe'.

"Pero aquí abajo, abajo

el hambre disponible

recurre al fruto amargo

de lo que otros deciden

mientras el tiempo pasa

y pasan los desfiles

y se hacen otras cosas

que el norte no prohíbe

con su esperanza dura

el sur también existe"

Son versos que estos días me han venido a la cabeza a raíz de las protestas que protagonizan los agricultores. Desde Francia han ido propagándose por todo el viejo continente. De la noche a la mañana, en las ciudades nos hemos despertado con la sorpresa de que el campo, con sus agricultores y ganaderos, se ha echado a la calle para denunciar que se asfixia. Que los representantes de esas explotaciones en las que se ingresa menos por producir que lo que cuesta cultivar o alimentar a los animales y de las que depende buena parte de nuestra nutrición, han optado por hacerse notar con columnas de tractores.

¿Qué ha pasado? Pues que acumulan años de descontento al considerarse maltratados. Que se les obliga a competir con unas normas que países terceros, no pertenecientes a la Unión Europea (UE), no están obligados a cumplir. Que sufren unos costes desorbitados en una actividad en la que se mantiene el viejo principio de: "Tú produce que yo ya vendo", o sea, que resulta más rentable intermediar o comercializar que cavar, labrar o arar para obtener los productos. En resumen, que se incumple la ley de la cadena alimentaria.

La mala situación del campo viene de atrás, pero ahora aflora por los mayores costes, los efectos de la sequía o importaciones con ventajas competitivas. Hace bien el ministro de Agricultura, Luis Planas, en convocar a las principales organizaciones agrarias este viernes. El objetivo es aplacar una frustración que puede convertirse en el principal de caldo de cultivo para que calen las recetas fáciles para problemas complejos que el populismo de extrema derecha maneja con soltura. Esta vez harían bien los políticos en escuchar el grito de un sector que existe y que debería seguir existiendo.