Ripoll: lo que no puede ser es imposible
Albert Sáez
Director de EL PERIÓDICO
Soy periodista. Ahora en EL PERIÓDICO. También doy clases en la Facultat de Comunicació Blanquerna de la Universitat Ramon Llull.
Albert Sáez
Los servicios de información todavía no tienen claro cómo catalogar a Sílvia Orriols, alcaldesa de Ripoll en nombre de Aliança Catalana. Algunos trazos permiten identificarla como un experimento de laboratorio manejado por la nueva extrema derecha europea en un lugar emblemático: el corazón de la Catalunya catalana y el pueblo natal de los autores de los atentados de Barcelona. Pero otros trazos la encuadran simplemente en una personalidad carismática que parte de una verborrea eficaz para lanzar un discurso contra la inmigración con la camiseta puesta del 8M.
Los ritmos de la policía no son los de la política. Y un grupo de alcaldes de Junts, especialmente del Maresme, han impuesto ante la dirección la tesis del laboratorio y han alertado de que la jugada de Ripoll puede repetirse. De manera que el secretario general de Junts, Jordi Turull ha decidido apoyarlos en el escenario donde ahora tiene más foco: las negociaciones con Pedro Sánchez al que presuntamente ha arrancado la cesión de competencias para expulsar a los inmigrantes (delincuentes) multirreincidentes. Con esta jugada, Turull no solo ha comprado a Orriols el tema sino el método tan propio del populismo: las soluciones mágicas. La realidad es otra. Es ingenuo pensar que Catalunya, como el resto de Europa, es viable sin inmigración. La mayoría social lo sabe. Como es ingenuo pensar que todos los recién llegados van a aceptar a la primera que la carta de derechos que les permite gozar de las ventajas del estado del bienestar desde el primer día implica también un catálogo que les cuestiona algunas de tradiciones culturales. La mayoría social también lo sabe aunque el discurso dominante naif lo oculte. Pero la realidad se impone. La Comisión Europea, los gobiernos de España y de Catalunya y la Síndica de Greuges le han dicho bien claro a Sílvia Orriols, a raíz de la información de Elisenda Colell, que empadronar a los recién llegados no es optativo, ni aunque Turull traiga las competencias.
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