Teoría de la guerra

Sin poner en duda la legitimidad de Israel a defenderse, a proteger sus fronteras y la seguridad de sus ciudadanos; sin ocultar que el brazo armado de Hamás supone una amenaza constante que ha cometido a lo largo de los años varios atentados terroristas sobre población civil judía; sin descartar que el uso de la violencia es legítimo cuando alguien se ve atacado, siempre y cuando sea proporcional al daño causado y con el objetivo de reducir la amenaza, el horizonte en Oriente Medio sigue planteando el mismo dilema inicial, ¿Era necesaria una guerra abierta sobre todo el territorio? ¿Había alguna alternativa?

Los Reyes Magos saldrían hoy despavoridos, pero ni siquiera su festividad ha traído un alto el fuego y el dilema que se abre ahora, sin un horizonte claro para Gaza es aún más preocupante. Como Estado, Israel siempre ha vivido un equilibrio difícil, pero para obtener cierta seguridad hay múltiples alternativas a la violencia. Por un lado, la diplomacia para establecer acuerdos y alianzas, por otro la posibilidad de contactos secretos y confidenciales. Pero ninguna de estas dos alternativas se ha puesto en práctica. La primera no le ha interesado nunca al gobierno de Netanyahu, que lleva décadas provocando y negando ningún acuerdo. En cuanto a la inteligencia o ha fallado o aún peor se ha ignorado porque la guerra es lo único que interesa. Y aquí es donde estamos. En teoría, la represalia de un Estado contra una milicia terrorista se convierte en una guerra abierta donde el ejército de Israel se emplea a fondo sobre población inocente ¿acaso son menos inocentes los palestinos muertos que los israelis? Mientras en Gaza, la población asediada pasa hambre y va a sufrir todavía mucho más, el peligro a que la guerra se expanda a otras fronteras es real. Hoy Israel es menos segura que antes de que empezara este conflicto y va perdiendo parte de su legitimidad. Son razones para pensar que no le interesa un conflicto largo, pero por ahora no percibimos signos en ese sentido. Su única teoría de defensa es la guerra.

Suscríbete para seguir leyendo