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¿Saben que se aburren los caballos?

De la destrucción nuclear creada por el hombre al alcance que puede acabar teniendo la computación cuántica y la creación de vida humana artificial, todo ello en ‘MANIAC’

Las mismas claves desconocidas en torno al cerebro humano condicionan el funcionamiento de la Inteligencia Artificial.

Las mismas claves desconocidas en torno al cerebro humano condicionan el funcionamiento de la Inteligencia Artificial. / Información

Martí Saballs Pons

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Intentaba leer y entender dos párrafos seguidos de 'MANIAC', escrito por Benjamín Labatut, cuando detrás de mí escucho una pregunta: «Papá, ¿los caballos son conscientes de que se aburren?» En aquel momento, un caballo, dos ponis y un burro estaban, suponíamos, mirando las musarañas en un prado de la comarca del Alt Urgell (Lleida). Al responder inmediatamente que no eran conscientes de su aburrimiento, empezó un interesante debate padre-hija sobre las diferencias esenciales entre el ser humano, aparentemente racional, y los seres animales, aparentemente irracionales, que al escribir estas líneas, aún dura. Mientras tanto, un gato -Luo- jugaba con nuestras piernas. Parecía divertirse y ser consciente de ello.

Pensadores y filosofías han pasado de debatir sobre los seres vivos de toda índole, generando su influencia incluso en nuestra alimentación, y creando legislación en defensa de los animales, a pensar si las máquinas acabarán siendo conscientes de su existencia y sustituyéndonos en algún punto del futuro.

Desconocía quien fue el investigador italonoruego Nils Aall Barricelli y sabía solo cuatro tópicos del científico de origen húngaro John von Neumann, una de las personas más influyentes del siglo XX. En 'MANIAC', libro recomendado por la periodista Elena Hevia, Labatut desarrolla las personalidades, las capacidades y los grandes interrogantes que generó la investigación de las partículas físicas, su desarrollo y sus consecuencias éticas. Que la publicación de 'MANIAC' haya coincidido con la producción de la película 'Oppenheimer', gran candidata a ganar los grandes premios cinematográficos del año, desde el Globo de Oro hasta los Oscar de Hollywood, ha sido una magnífica casualidad.

De la destrucción nuclear creada por el hombre al alcance que puede acabar teniendo la computación cuántica y la creación de vida humana artificial. De todo ello habla 'MANIAC' (nombre que responde a las siglas del computador creado por Neumann y que se inauguró en 1952 en el centro de investigación atómico de Los Alamos, Estados Unidos) y de la visión, 50 años antes de tiempo que tuvo Barricelli, considerado un «loco» en su época por sus compañeros.

«La invención más creativa de la humanidad surgió exactamente al mismo tiempo que la más destructiva». Labatut atribuye esta frase a Richard Feynman, otro de los grandes físicos del siglo XX, refiriéndose a la invención y desarrollo de este primer gran ordenador, financiado por el departamento de Defensa norteamericano. Pensar en el devenir de la inteligencia artificial (IA), de los monstruos que puede generar o de cómo la realidad puede superar a la ficción estremece. Más, cuando estos proyectos pueden escapar fácilmente de consideraciones éticas según en qué manos caigan. 

Sigo sin convencer a mi hija de que los caballos no son conscientes de que se aburren. ¿Será capaz de aburrirse y reconocerlo la IA?

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