Misión contra Catalunya

Esta semana, un grupo de eurodiputados ha venido a Catalunya para 'analizar' el sistema de inmersión lingüística de las escuelas catalanas. Desde el Govern hemos explicado y explicamos el modelo educativo catalán en todas partes. Recientemente, hemos organizado visitas con cónsules en centros educativos y hemos mantenido reuniones con varios eurodiputados, precisamente para compartir los proyectos lingüísticos de las escuelas catalanas. Estamos orgullosos del sistema, que es una de las principales herramientas de cohesión social del país, y trabajamos para reforzarlo todavía más.

La misión de europarlamentarios que esta semana ha visitado algunos centros catalanes, sin embargo, tiene unas particularidades que no podemos obviar. Los eurodiputados que han participado en la visita a Catalunya son de la Comisión de Peticiones del Parlamento Europeo; una comisión integrada por 66 miembros, a pesar de que en esta misión tan solo han venido 12. Todos los asistentes forman parte del Partido Popular, Vox o los liberales europeos (Renew, que es el grupo donde se ha adscrito Ciutadans). Los progresistas de la cámara han rechazado participar en la misión como señal de protesta. La eurodiputada Diana Riba es la única que ha asistido como observadora, para denunciar el uso partidista de la visita y procurar aportar contraargumentos.

¿De qué se quejan todos los eurodiputados que han boicoteado la misión? Esta legislatura diversos parlamentarios han enviado hasta dos cartas a la presidencia del Parlamento Europeo para denunciar el uso sesgado que la presidenta de la Comisión, Dolors Montserrat (PP), está haciendo de este espacio. La misión en la escuelas catalanas es una muestra más del uso de la Eurocámara para finalidades partidistas internas. Se utilizan los recursos del Parlamento Europeo para alimentar polémicas artificiales e inexistentes; para intentar desacreditar un modelo que ha demostrado ser equitativo y que ha contribuido a la cohesión social; para hacer política española desde Bruselas y promover la campaña de la derecha y la extrema derecha española contra Catalunya. Lo demuestra el hecho que, en diversas ocasiones, la Comisión Europea ha reiterado que la cuestión lingüística en las escuelas catalanas no es competencia de Bruselas y que, por tanto, las instituciones europeas no tienen nada que decir.

Además, en Catalunya existe un consenso político, social y pedagógico incuestionable y sólido sobre el sistema de inmersión lingüística. En las escuelas catalanas cada año se matriculan más de un millón y medio de alumnos. Desde 2005, ha habido unas 80 denuncias contra el modelo lingüístico, en contraposición al total de 27 millones de matrículas. Las cifras hablan por sí solas.

Pese al uso intencionado de este espacio de la Eurocámara por parte de la derecha y la extrema derecha española, no tenemos nada que esconder -al contrario-, y tenemos la obligación de contrarrestar las informaciones sesgadas, y explicar bien y defender el sistema lingüístico de la escuela catalana. Por eso hemos acompañado las visitas a los centros y hemos asistido a la convocatoria para explicar que el éxito educativo que perseguimos es que todo el alumnado aborde la escolarización obligatoria con las mismas oportunidades educativas y la culmine con el mismo nivel de conocimiento de las lenguas oficiales y con las competencias necesarias para contribuir a una sociedad cohesionada y a una prosperidad compartida.

Por eso continuaremos explicando y reforzando este modelo en todas partes y donde haga falta, porque estamos convencidas que es clave para el éxito de la escuela catalana y para Catalunya entera.