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Jordi Alberich

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Economista

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El comercio y la condición humana

La compra presencial resiste y las tiendas de proximidad cobran una renovada vitalidad

La gran remontada del comercio en Barcelona: estos son los barrios que ganan tiendas

Vuelve a abrir este emblemático establecimiento de zapatos en Barcelona

Ambiente de compras esta semana en la calle de Sants.

Ambiente de compras esta semana en la calle de Sants. / Manu Mitru

Un reciente estudio del Ayuntamiento de Barcelona muestra cómo el comercio está muy cerca de recuperar los niveles de 2019, pese a la pandemia, la inflación o la guerra de Ucrania, entre otras graves adversidades que auguraban una gran caída de la actividad. Junto a esta excelente noticia, el informe señala diversas tendencias relevantes en los hábitos de compra de la ciudadanía

Así, se observa cómo la tienda mantiene el pulso frente al comercio 'on line', rompiendo aquellas supuestas certezas que presagiaban un debilitamiento radical e irreversible de la compra presencial. A su vez, destaca cómo las zonas céntricas, pese al auge del turismo, son las más rezagadas en recuperar los niveles prepandemia. Esta pérdida de vitalidad de las áreas de influencia de plaza de Catalunya y Ramblas, viene compensada por el crecimiento del comercio de barrio que, en su conjunto, ya supera las cifras de 2019. 

La menor actividad en la zona centro puede derivar de la mayor dificultad para acceder en vehículo privado, pero resulta mucho más determinante la frialdad de unas calles abandonadas a su suerte, sobrecargadas de franquicias y tiendas de suvenires. Un asomo de declive que no puede sorprender: la dejadez y falta de proyecto a medio plazo siempre acaba por tener sus consecuencias. Por contra, son cada vez más los ciudadanos que optan por aquellos barrios que han conformado una oferta comercial atractiva y cercana.

La capacidad de resistencia de la compra presencial y la renovada vitalidad del comercio de proximidad se sustentan en lo que nos hace humanos: la necesidad de arraigo y de rozarse con el otro, de sentirse parte de un barrio, de encontrarse con el vecino o conversar con la dependienta. Por ello, confiemos en que el comercio tradicional siga innovando y apostando por la calidez. De ser así, lo agradecerán sus cuentas de explotación y, también, todos los que aspiramos a unas ciudades amables y atractivas.

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