La advertencia de Fainé
Apela a los directivos a saber negociar “de buena fe” con todas las autoridades económicas en un mundo caracterizado por la creciente complejidad e incertidumbre
Fainé avisa de que el escenario político sacude al clima de negocios en España
DIRECTO | Las negociaciones para la investidura, al minuto
Joan Tapia
Presidente del Comité Editorial de EL PERIÓDICO.
Joan Tapia
El 23 de julio las elecciones dieron un resultado distinto al previsto por la gran mayoría de las encuestas: el PP ganó, pero incluso con Vox no tenía mayoría para la investidura. Salvo un casi imposible consenso PP-PSOE, solo quedaron dos escenarios: un difícil pacto del PSOE con todo el independentismo, incluido Puigdemont, o nuevas elecciones el 14 de enero, con lo que España viviría muchos meses con un Gobierno en funciones.
Ambos escenarios eran complejos y generaban incertidumbre. Y así hemos vivido tres largos meses hasta que el lunes pasado un encuentro en Bruselas entre Puigdemont y Santos Cerdán, secretario de organización del PSOE, bien valorado por ambas partes, pareció indicar que el acuerdo y la investidura estaban cerca. El jueves en la reunión del Comité Editorial de EL PERIÓDICO analizamos las ventajas e inconvenientes -incluida la polémica amnistía contra el criterio del PP, el primer partido del Estado-, pero el pacto parecía hecho. Y el mismo jueves por la noche -tras que se conociera el detalle del pacto del PSOE con ERC- se supo que JxCat ponía pegas. Y el viernes Turull, o sea Puigdemont, criticó el pacto PSOE-ERC y aseguró que la amnistía que quería JxCat no abandonaría a ningún “soldado”. ¡Vaya!
¿Por qué lo inminente el jueves se retrasaba el viernes? ¿Qué problemas habían surgido? ¿La competencia entre JxCat y ERC haría naufragar ahora la investidura como ya forzaron en 2017 la fallida declaración de independencia? No parece, pero la incertidumbre ha vuelto. Y aunque al final haya investidura el incidente confirma que la legislatura será incierta.
El retraso por Puigdemont del pacto para la investidura de Sánchez, que el jueves parecía hecho, confirma que, aunque al final haya acuerdo, la legislatura será incierta
Por eso, al escribir esta crónica recordé el reciente discurso de Isidro Fainé ante la asamblea de la CEDE (Confederación Española de Ejecutivos y Directivos) que preside. Fainé tiene una perspectiva amplia porque no solo preside la Fundación La Caixa, una de las cinco primeras del mundo, propietaria del hólding Criteria entre cuyas participadas están CaixaBank y Naturgy, sino también el centenario WSBI (World Savings Bank Institute) con más de 6.000 bancos pequeños con finalidad social en todo el mundo. Y Fainé encabezó su mensaje a los directivos advirtiéndoles que debían afrontar un mundo dominado precisamente por la complejidad y la incertidumbre.
Citó la transición energética, el envejecimiento de la población, y las migraciones provocadas por la inestable geopolítica internacional. Luego abordó las dinámicas políticas en Europa y en España: “Las preferencias políticas de los votantes y los equilibrios parlamentarios afectan al clima general de los negocios y también a la regulación de los mercados y el sistema tributario”. La política afecta a las empresas y añadió que “ante la incierta política global nuestro cometido pasa por anticiparnos a los distintos escenarios posibles, negociar de buena fe con los reguladores y todas las autoridades económicas y reaccionar con agilidad y rapidez buscando lo mejor para la empresa y para toda la sociedad”.
Traducido al momento español: prepararse para afrontar con inteligencia y capacidad de negociación tanto un posible Gobierno de Sánchez, apoyado por los independentistas, como el que pudiera salir de unas nuevas elecciones. Una corta y discreta llamada a la sensatez y a huir de invectivas, simplificaciones y descalificaciones que tanto abundan hoy en el mundo político, empresarial, periodístico… e incluso judicial. ¿Negociar de buena fe? No es el discurso dominante, luego dijo que “la empatía mueve montañas”.
También aseguró que la transición energética avanza “demasiado lenta para frenar el cambio climático, lo que afectará a sectores relevantes de la economía española como el turismo, la agricultura y las aseguradoras”. Y, sin citar a Telefónica, mostró preocupación por “la irrupción de dinero de fondos soberanos que quieren entrar, y entran, en empresas españolas básicas”.
Y Fainé, que interrumpió su carrera profesional para estar un año en Harvard, donde dice que aprendió que lo principal es saber usar el tiempo con inteligencia porque son las dos cosas que tenemos, es también un cristiano convencido que acabó con una frase de Teresa de Calcuta: “Quien no vive para servir, no sirve para vivir”. Hoy la política no va por ahí.
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