Aragonès, Illa y la claridad
Albert Sáez
Director de EL PERIÓDICO
Soy periodista. Ahora en EL PERIÓDICO. También doy clases en la Facultat de Comunicació Blanquerna de la Universitat Ramon Llull.
Albert Sáez
Cuando un conflicto se enquista hay quienes lo convierten en su modo de vida, sea económico o político. Mantener que el 1-O fue un referéndum válido cuando se hizo con las reglas de una sola de las partes y sin amparo legal reconocido es una manera de eternizar la situación catalana que puede dar algún rédito electoral, pero que no soluciona nada ni siquiera para los que desean la independencia. En este momento, es una retórica que se puede llevar por delante un eventual acuerdo de investidura. Pero es una retórica, lo quieran o no, que trasluce una cierta debilidad de ese sector del independentismo. De igual forma, comparar la situación actual de España con los Balcanes es un insulto a la inteligencia y una falta de respeto a los muertos de esa guerra. Es también una fórmula que puede dar algún rédito electoral, pero que no soluciona nada y cronifica la situación.
El actual presidente de la Generalitat, Pere Aragonès, puso en marcha, tras la salida de Junts del gobierno, una comisión académica que hiciera un dictamen sobre las condiciones en las que se podría alcanzar un acuerdo como el del Quebec, fundamentado en el concepto de claridad. EL PERIODICO avanzó el contenido del dictamen el pasado miércoles y este lunes lo presentó Aragonès. Más allá del paralelismo con el tema canadiense, discutible como todo paralelismo, la propuesta tiene una virtualidad que, lamentablemente, no se ha abierto paso: es una propuesta que versa sobre el método de afrontar el debate sobre la independencia de Catalunya. Y el documento ofrece alternativas para hacerlo dentro de la Constitución. Aragonès ha anunciado que llevará el tema a una mesa de partidos catalanes que convocará cuando haya gobierno en Madrid. Esa es una deuda que tiene pendiente con el PSC desde la anterior legislatura. Los socialistas han agradecido el pago de la deuda pero han advertido que no irán a hablar de un referéndum. El reto de Aragonès es adaptar el dictamen a las exigencias del primer partido del Parlament. Y, si se dan las condiciones, Illa debería explorar esa pista de aterrizaje para seguir avanzando en la resolución del problema como se ha hecho hasta ahora. Es lógico que a los socialistas se les haga bola tratarlo en el preciso momento de defender la amnistía, pero, a futuro, ese dictamen es el camino para quienes, como Illa y Aragonès, quieren solucionar el tema y no solo malvivir políticamente de su existencia.
Suscríbete para seguir leyendo
- La madre de Moisés habla alto y claro sobre la victoria de Óscar en 'Pasapalabra
- Las jugadoras del Barça se tuvieron que poner ellas mismas las medallas de campeonas
- Manolo García: “De estas elecciones me ha gustado que, de cada dos catalanes, uno no ha ido a votar”
- El día que Elena Schröeder, la turista asesinada en Afganistán, salvó la vida a un hombre en la estación de Sants
- La TV estatal iraní confirma la muerte del presidente del país, Ebrahim Raisi
- La palabra catalana de tres letras para despedirse que debería usarse en toda España
- Estado Islámico reivindica el atentado en Afganistán en el que murieron tres turistas catalanes
- Junts pide suspender los resultados del 12M y repetir el voto exterior por 'graves irregularidades