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Nicolau Dols: "El catalán se salvará si es una lengua necesaria para vivir aquí"

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Ernest Alós

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El presidente de la Secció Filològica del Institut d'Estudis Catalans, Nicolau Dols (Palma, 1967), no se atreve a vaticinar el futuro del catalán. Sí a apuntar algunas de las condiciones necesarias para que mantenga su vitalidad: que sea una lengua necesaria para trabajar, que esté presente en los modelos que imitan los jóvenes y que todo el ámbito lingüístico se mantenga en comunicación.

¿Hacia dónde va la lengua catalana?

Depende, porque se puede ir a todas partes y en cualquier dirección, todo dependerá de las condiciones. ¿Cuál es la situación actual, respecto 1978? Hoy, hay números altísimos de alfabetización en catalán. Pero se ha reducido la proporción de quienes tienen el catalán como lengua cotidiana. ¿Qué ha pasado? La escuela, que ha ayudado muchísimo a ampliar las competencias académicas, y la inmigración. Nos llega cada día gente de lugares donde nunca se ha oído hablar del catalán. Y esto no es ningún problema para la lengua, en absoluto, si llegan todavía durante el periodo de formación escolar, porque bien aplicada y bien hecha y bien administrada, la escuela puede ayudar a que estas personas tengan esta herramienta necesaria que es el catalán. Pero como es natural, en procesos migratorios llegan muchas personas que ya no se encuentran en edad de formarse y que, además, no pretenden trabajar en el sector público, con lo que las herramientas para que vean la necesidad de aprender catalán son relativamente pocas.

¿Y a partir de ahí, qué hacer?

Cuando nos viene un trabajador de fuera que está en disposición de ponerse inmediatamente a trabajar, este trabajador es un regalo que nos han hecho porque le han hecho crecer y lo han formado en otro sitio. Pero desde el punto de vista lingüístico, esta formación que le han hecho no ha previsto, es natural, que vendría justamente aquí y que necesita otra lengua. Yo huiría de discursos esencialistas y xenófobos. No, simplemente es un problema y los problemas se resuelven con medios y se resuelven con inteligencia. Solo hay una solución, que es conseguir la plenitud funcional de la lengua. En la medida en que el catalán será necesario para vivir aquí, estas personas se adecuarán porque, es obvio, quieren trabajar y quieren ganarse la vida dignamente. De la misma forma que en estos momentos el castellano aquí es imprescindible para vivir y está blindado legalmente, para el catalán necesitamos lo mismo. Si es necesario conocer el catalán para trabajar aquí y para vivir, entonces no habrá problema.

Nicolau Dols, presidente de la Secció Filològica de l'Institut d'Estudis Catalans

Nicolau Dols, presidente de la Secció Filològica de l'Institut d'Estudis Catalans / Jordi Cotrina

Hablando de adhesión. Anteriores generaciones de nuevos catalanes eran conscientes de que el catalán había sido reprimido, y entendían que había que compensarlo. Este elemento de compromiso, o emocional, no lo tienen ahora.

Si hablamos de adhesión emocional aquí la única manera de llegar es con medios de comunicación, con objetos culturales, aunque sea las asociaciones deportivas, los clubs, la música, etcétera, Y no hay muchas maneras más de hacerlo. Y a través, naturalmente, de la escuela. Pero la escuela no lo coge todo.

Con la transmisión entre generaciones se han incorporado más hablantes que los que se han perdido. ¿Hay síntomas de lo que pueda dejar de ser así?

El saldo es estrecho, magro, pero todavía es positivo. Desde la entrada del catalán en el sistema educativo aumentaron mucho las parejas mixtas y de estas parejas mixtas, muchas han transmitido el catalán a sus hijos. Afortunadamente en las lenguas ocurre algo que no ocurre con otros rasgos identitarios: se suman, no se excluyen. Pero para que esto siga ocurriendo debe haber la percepción, gracias al ambiente social, de que los hijos tendrán un futuro mejor si aprenden catalán.

Uno de los motivos de inquietud es el uso del catalán, especialmente en la edad escolar, y más aún en franjas de edad, preadolescentes o adolescentes. ¿Cuál es el problema?

Parece que no existe una necesidad funcional de utilizar el castellano porque el otro no lo entiende. No es este el tema. El tema es el paisaje lingüístico y la imitación. Lo dicho antes, ven que el castellano está muy presente en los medios, ven que el castellano se oye mucho y tienen tendencia a imitar modelos. Porque el problema entre el catalán y el castellano no es de comprensión. Es falso el argumento 'hablame en castellano porque no te entiendo'. Son, para empezar, lenguas muy cercanas. Y para quien viene de lugares lingüísticamente lejanos, aún lo son más. Lo de 'no entiendo' siempre debes sospechar que es falso. Podría ser en un discurso, muy especializado, algo muy concreto y descontextualizado, pero fuera de esto es una actitud, no es una realidad. No es funcional, pues, que necesiten a estos grupos de criaturas que jueguen en el patio que necesite el castellano para entenderse. Es que piensan que deben hacerlo, pero es falso. La lengua en los juegos imita a determinados modelos. Por eso es tan importante por ejemplo, aquí, ahora que se ha recuperado la programación infantil y juvenil en catalán de TV3 con el SX3. Cuando el hablante se siente solo, desamparado, abandona la lengua.

Desde el punto de vista del modelo de modelo de la lengua, ¿cuál será su evolución?. Desde el punto de vista de incorporación de extranjerismos, posibilidades de fragmentación, simplificación fonética, de estructuras…

La fragmentación es un peligro evidente . Es una fragmentación fundamentada en que tenemos tres, cuatro, cinco mercados lingüísticos distintos. Si no existe un marco comunicativo catalán en todos los territorios, todos los territorios tienden a evolucionar de forma diferente. Aunque, por otra parte, yo, que provengo de un territorio que no es el del Principado de Cataluña, sí puedo decir que el catalán balear evoluciona en un sentido, digamos centrípeto respecto de todo el catalán, en lugar de salir por la vía de las diferencias. Sí se ha logrado transmitir un modelo de lengua estándar de lengua formal bastante unificado.

Existe la tendencia a aceptar cada vez más un modelo de estándard compuesto, plural. ¿Es la forma de no generar rechazo y por tanto, mantener la cohesión, o es un riesgo de fragmentación, sobre todo en lugares como Valencia donde existe una capacidad de crear un estándard alternativo?

Este modelo policéntrico es una fase intermedia. ¿Hacia dónde? ¿Hacia la desintegración o hacia la integración? No sé, es un retrato. Ahora está así.

Con el debate sobre el uso del catalán en el Congreso ha aparecido de nuevo el debate sobre las ventajas y desventajas de una denominación doble (catalán/valenciano), al menos en los ámbitos supraterritoriales. ¿Se saldría ganando o perdiendo?

Se pierde. Es un reconocimiento de una fragmentación interesada. El reconocimiento de la unidad sería que el Gobierno del Estado dijera la realidad. Y lo cierto es que lengua hay una y que internacionalmente se conoce como lengua catalana. Aunque si localmente alguien, coloquialmente, quiere decir otra cosa, ya está,

¿Para sintetizar?

Tanto como el país se salve, se salvará la lengua. La lengua no salva a un país, es el país el que salva la lengua. Si tenemos una sociedad cohesionada, autocentrada e íntegra, no en el sentido moral, sino que no esté desintegrada territorialmente, la lengua se salvará porque la lengua será necesaria en esa sociedad. Si tenemos una sociedad fragmentada, débil y con el centro de decisión fuera de esa sociedad, la lengua no se salvará. Y por otra parte… la tecnología, la traducción y el doblaje instantáneos, solucionará muchas cosas que hoy nos parecen problemas. Y lo veremos mucho más rápido de lo que creemos.