Gárgolas

El método Abramović

En la entrada de la Galeria Comunalle d’Arte Moderna de Bolonia, ambos, desnudos, enfrentados, impasibles, se convertían en pared, en “puerta de entrada”

Vista de la obra de la artista serbia Marina Abramović 'Retrato con maracas' de 2006 durante la presentación este lunes a los medios de las exposiciones de Photoespaña 2023 en el Círculo de Bellas Artes de Madrid.

Vista de la obra de la artista serbia Marina Abramović 'Retrato con maracas' de 2006 durante la presentación este lunes a los medios de las exposiciones de Photoespaña 2023 en el Círculo de Bellas Artes de Madrid. / MARISCAL / EFE

Josep Maria Fonalleras

Josep Maria Fonalleras

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En el XL Semanal, suplemento que distribuye EL PERIÓDICO, informaban de la inauguración de una magna exposición de Marina Abramović, en la Royal Academy of Arts de Londres. El nombre de la muestra es el mismo de la artista, sin aditivos sobrantes. Es decir, habla de la estrella de las 'performances', de su vida y sus obras, la mayoría en formato de documento visual, pero también con recreación de antiguas acciones. Pueden verse experiencias pioneras, en este arte de la provocación y del uso del propio cuerpo, llevado al límite, como material artístico. Por ejemplo, la famosa intervención en el MOMA de Nueva York ('The Artist is Present') en la que Abramović se sentaba en una silla frente a una mesa y los asistentes, uno a uno, se enfrentaban a ella en silencio. Ella los miraba, no decía nada y, al rato ellos se marchaban. Hasta que entró en escena Frank Uwe Laysiepen, conocido como Ulay, el artista con el que Abramović había compartido vida y montajes entre 1976 y 1988. No se veían desde que habían decidido interpretar el fin de su relación profesional y amorosa con otra performance: caminar desde puntos opuestos de la Muralla China, encontrarse en medio, mirarse sin decir nada y continuar el camino, cada uno por su lado. Fue muy emocionante, ese reencuentro, después de más de 20 años. Luego rodaron una conversación, cuando Ulay ya estaba enfermo, en la que se confiesan y evocan los días de furgoneta, las primeras acciones, los inicios de la construcción del mito, con referencias, por ejemplo, a 'Rest Energy': inclinados hacia atrás, Abramović aguantaba un arco y Ulay lo tensaba, con una flecha que apuntaba directamente al corazón de ella. Si uno de los dos cedía, Abramović moría.

Una de las primeras aventuras fue 'Imponderabilia', en 1977. En la entrada de la Galeria Comunalle d’Arte Moderna de Bolonia, ambos, desnudos, enfrentados, impasibles, se convertían en pared, en “puerta de entrada”. El público, inevitablemente, debía entrar en el museo atravesando el espacio minúsculo que dejaban libre sus cuerpos. La performance debía durar seis horas, pero al cabo de unos minutos llegó la policía italiana y les pidió los pasaportes. No los tenían a mano, por supuesto.

Ahora, en Londres, se rehace aquella 'Imponderabilia', pero sin Marina ni Ulay. Una “nueva generación de artistas, formados en el método Abramović” son los encargados de recibir a los visitantes. Inertes, estáticos y desnudos. La policía, en este caso, casi 50 años después, es el servicio de orden para controlar el acceso a la puerta de entrada a la exposición.

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