Campaña electoral

Ausencias, mentiras y periodistas

Los debates deben servir para conocer las propuestas de los candidatos y para valorar crítica o positivamente las acciones de los partidos que han gobernado, pero vivimos tiempos en que las mentiras son “hechos alternativos"

Debate a tres en RTVE.

Debate a tres en RTVE.

Sílvia Cóppulo

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Feijóo quiso imponer “su” formato de debate y, al no conseguirlo, se ausentó. Anteriormente, en el cara a cara con Sánchez, soltó mentiras como catedrales, que dos días después la periodista Silvia Intxaurrondo le confrontó en una entrevista, ejemplo de profesionalidad. Tuvo que admitir más tarde en redes, sus “imprecisiones”.  

Los debates deben servir para conocer las propuestas de los candidatos y para valorar crítica o positivamente las acciones de los partidos que han gobernado. Pero vivimos tiempos en que las mentiras son “hechos alternativos”, como los definió Donald Trump; o “un error” como calificó Boris Johnson su anuncio de que el Brexit comportaría 350 millones de libras semanales para invertir en su sistema de salud.

Las mentiras se han adueñado de los debates en los platós de televisión, pero ¿dónde están los periodistas? Lejos. El decorado les coloca fuera del espacio de discusión (ay, la proxemia). Pero, además, ¿por qué los medios no organizan un equipo de 'fast fact checking', fuera de foco, que trabaje rápido para ir contrastando la veracidad de los datos, de manera que se puedan ir entrando en antena, delante de los propios contendientes? 

Flaco favor es que los periodistas se limiten a repartir tiempos y bloques temáticos, con sonrisa profesional y sin cuestionar la veracidad de los contenidos de los debatientes, escasos de valores éticos y democráticos.

Luego están, como bien ha contado nuestro director, Albert Sáez, los “ausentes” a las entrevistas en los medios que los políticos consideran poco propicios. Lo hicieron Yolanda Díaz, Santiago Abascal y Míriam Nogueras en EL PERIÓDICO. Personalmente, en alguna ocasión hasta he intercedido -sin éxito- para que alguna candidata se dejara entrevistar, y he discutido con jefes de prensa de algún partido que quería imponer sin vergüenza todos los tertulianos en mis programas de Catalunya Ràdio. 

Los periodistas debemos hacer más fuerte el periodismo. Y utilizar las redes desballestando monólogos, sean amables o agresivos, pero cobardes y mentirosos. Es nuestra razón de ser.

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