Elecciones 23J

Villarejo y el huevo de la serpiente

Un círculo de periodistas que se coordinaba periódicamente en el despacho de Anson consiguió desgastar al gobierno socialista, un sindicato que también 'opera de facto' ahora mismo en la política española

José Manuel Villarejo yendo a declarar a la Audiencia Nacional.

José Manuel Villarejo yendo a declarar a la Audiencia Nacional. / Juan Carlos Hidalgo / EFE

Ernesto Ekaizer

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'El huevo de la serpiente' es el título de la película de Ingmar Bergman (1977) sobre la Alemania de los años veinte: la descomposición de la república de Weimar. El doctor Vergerus, un personaje del film, explica: 

 -"Cualquiera puede ver el futuro, es como un huevo de serpiente. A través de la fina membrana se puede distinguir un reptil ya formado."

A través de la cáscara transparente del huevo de la serpiente se advierte la gestación de la pequeña culebrilla insignificante. Cuando sale del huevo, su capacidad de destrucción es una realidad.

En mayo pasado, el excomisario José Manuel Villarejo 'elogió' en el Congreso de los Diputados a Pedro Sánchez por haber cesado al director del Centro Nacional de Inteligencia (CNI), Félix Sanz Roldán a primeros de julio de 2019. En realidad, su segundo mandato de cinco años cesaba en esas fechas.

“Si llego vivo a diciembre votaré a Pedro Sánchez porque es el presidente más valiente. Es mi idolo".

Y fíjate por dónde, fue Villarejo quien inició la campaña del “asesinato del carácter y reputación” de Pedro Sánchez.

Eso fue el 24 de agosto de 2014. Y lo comunicó en uno de sus despachos regulares con el secretario de Estado de Seguridad Francisco Martínez, la mano derecha del ministro del Interior, Jorge Fernández Díaz. No se había cumplido un mes desde la elección de Pedro Sánchez como secretario general del PSOE, el 26 de julio de 2014.

Después de repasar los temas de guerra sucia contra el principal adversario interno del PP -el extesorero Luis Bárcenas-, Villarejo dice:

“Está el tema de Pedro Sánchez”.

Martínez pregunta: "¿Qué es eso?"

Se trataba de investigar el negocio de saunas en Madrid que acababa de dejar de administrar el suegro de Pedro Sánchez, Sabiniano Gómez Serrano.

“Eso no lo sabe nadie, ¿verdad?”, inquiere Martínez.

-"No lo sabe nadie. Yo creo, y eso hay que manejarlo, Paco, con muchísima…"

-"Ni el Gordo ni Pino”, interrumpe Martínez, en referencia al comisario Enrique García Castaño, llamado El Gordo, y Eugenio Pino, director adjunto operativo de la Policía.

-"No, no, no, a nadie, a nadie, a nadie. El único que lo sabe es [el comisario] Carlos Salamanca. El tema de las saunas esas lo sabe la Comisaría General de Información [CGI], por un tema de que ahí iban políticos. Son saunas de pilinguis [prostitutas]. Son tres hermanos. El primero de los hermanos llevaba dos saunas. Lleva saunas de tíos y de tías. El otro hermano de tías, y el tercero es el suegro de Pedro Sánchez. El suegro y el otro hermano son los responsables, y esa es la historia”.

Según explica Villarejo, el comisario general de Información, Enrique Barón, y el Gordo, Enrique García Castaño, habían comido con Sabiniano Gómez tras ser nombrado secretario general del PSOE su yerno, Pedro Sánchez.

-"Eso es mortal cuando haga falta. Ahí es donde tú tienes que valorar si en un momento dado tengo que escoger [para seguir el asunto] entre el Gordo y Carlitos [Salamanca]; escogería a Carlitos”.

-"Eso es mortal", afirma Martínez.

-"Eso lo mata [a Pedro Sánchez]", insiste Villarejo.

-"Esto mataría a cualquiera que va con la bandera del rollo feminista, un no se qué. ¿[Ser]feminista y lo tienes lleno de polacas chupando pollas en la sauna?”, concluye Martínez.

-"Mortal", asiente Villarejo. "Imagínate, Paco, cuando me enteré. ¡Se me puso el rabo de la hostia!"

La información sobre las saunas del suegro de Pedro Sánchez se filtró a diversos medios de comunicación durante varios años con el objetivo de erosionar a Pedro Sánchez. Con posterioridad, el tema ha vuelto como un Guadiana. Aunque en aquellos días de 2014 el antisanchismo estaba en pañales, todo hay que decirlo: la cúpula del PSOE creyó acabar con Sánchez en 2016 cuando logró tumbarlo como secretario general. Finalmente resucitó y consiguió la investidura tras la moción de censura victoriosa que tumbó a Mariano Rajoy el 1 de junio de 2018.

Pero la derecha mediática se encargó también de resucitar al monstruo. ¿Por qué se iba a frenar cuando la Sala Segunda del Tribunal Supremo, por ejemplo, acusó en su informe no vinculante sobre los indultos a los dirigentes del procés condenados, que Pedro Sánchez se estaba autoindultando, habida cuenta de que Oriol Junqueras, uno de los indultados, era el líder de ERC, uno de los partidos de la investidura que apoyaba el Gobierno PSOE-Podemos?

El sanchismo siguió al zapaterismo y este al felipismo. Nada nuevo bajo el sol. En 1995-1996, actuaba en la política española lo que el entonces director del diario 'ABC', Luis María Anson, reconoció, el 14 de febrero de 1998, como la trama conjurada de medios de comunicación para derribar al gobierno de Felipe González. En aquella época, el llamado Sindicato del Crimen, un círculo de periodistas que se coordinaba periódicamente en el despacho de Anson, consiguió desgastar al gobierno socialista -a través de la explotación y amplificación de escándalos de corrupción y del terrorismo de Estado (GAL) realmente existentes-, un sindicato que sin ese nombre y sin necesidad de coordinación también 'opera de facto', hasta ahora mismo, en la política española. 

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