Limón & vinagre
Jorge Fauró

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Periodista

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Tita Cervera: la hija del mecánico

La baronesa quiere ahora que Netflix haga una docuserie para contar su vida. Y la plataforma parece que tiene interés

Tita Cervera

Tita Cervera / Álex Zea

España y sus lenguas oficiales poseen una virtud no siempre bien valorada cuando se trata de aplicar la economía del léxico para referirnos a la nobleza. Hace tiempo que dejó de impresionarnos el mundo cerrado de la aristocracia, un rasgo que se acentuó el día que una de los nuestros, una plebeya, se convirtió en reina. Juan Carlos Alfonso Víctor María de Borbón y Borbón ya no es ni siquiera Juan Carlos, sino el Emérito, en mayúscula, cimentado en nombre propio con el que todo el mundo sabe de quién estamos hablando.

La economía del lenguaje del pueblo, que para eso es soberano. Ocurre con Felipe Juan Froilán de Todos los Santos de Marichalar y Borbón, un nombre que fuera de España quizá impresione por su aparatosa construcción. Aquí no es más que Froilán. O sea. Y ocurre también con María del Carmen Rosario Soledad Freifrau von Thyssen-Bornemisza de Kászon et Impérfalva. La hija del mecánico de motos de la barcelonesa calle de Balmes va a ser Tita hasta que se muera.

La baronesa Carmen 'Tita' Cervera (Sitges, 80 años) quiere ahora que Netflix haga una docuserie para contar su vida. Ni una 'socialité' sin su docuserie. Parece que la plataforma ha mostrado interés, dado el éxito de lanzamientos como el de Tamara Falcó y Georgina Rodríguez. Tita ha prescindido del trabajo que ya había iniciado la periodista Nieves Herrero en la elaboración de su biografía, consciente, acaso, de que ese tipo de producto literario apareja tantas ventas como reducida es su lectura.

Me temo que a Tita lo de vender libros le da un poco lo mismo. No será por dinero. Quiere llegar al mayor número posible de audiencia potencial. Con una fortuna estimada en 900 millones de euros, séptima mujer más rica de España y en el puesto 45 del conjunto nacional, que su cara perdure más o menos en los escaparates de las librerías no debe de inquietarle mucho. Son los nuevos tiempos, así lo han entendido quienes hace tiempo se convencieron del potencial del 'streaming'. 

La historia es conocida: una niña de clase trabajadora, hija de un padre mecánico y de una madre con la misma actividad profesional que la de cualquier mujer española de los años 50 del siglo XX, pero que procuró educar a la niña en colegios buenos y abrirle alguna posibilidad de obtener relevancia social.

Matrimonios

Así llegó a Miss España, a algún puesto destacado en concursos internacionales de belleza, y su matrimonio con el actor Lex Barker, el siguiente Tarzán después de Johnny Weissmüller. Llegó su segundo matrimonio con el 'playboy' venezolano Espartaco Santoni, que acabó arruinándola, y el definitivo con el barón Thyssen, de los pocos nombres alemanes que sabíamos escribir en España en 1981 porque uno siempre recuerda cualquier cosa que pueda leerse en los ascensores. Con Hans Heinrich von Thyssen-Bornemisza llegó todo lo demás: la colección de arte, la protesta atada a un árbol para impedir la tala en el paseo del Prado, el distanciamiento con su hijo, etcétera.

Debe presuponerse que la docuserie que Tita tiene en la cabeza se encarrila más hacia sus éxitos (el Museo Thyssen no estaría en España de no ser por ella) y a su vida privada antes de ser baronesa que hacia las recientes disputas familiares recogidas en la prensa rosa y programas de variedades, siempre dispuestos a poner en marcha la trituradora.

El formato docuserie permite al protagonista, rico y famoso siempre, exponer su versión más amable, incluso cuando se trata de personajes cuyo interés social es más que discutible.

Aida Domènech, la 'influencer' conocida como Dulceida, ya tiene su propia serie en Amazon Prime, lo mismo que la 'it girl' internacional Chiara Ferragni (Amazon), Tamara Falcó (Netflix), Georgina Rodríguez (Netflix), Sergio Ramos (Amazon), Neymar Jr. (Netflix), Rocío Carrasco (Telecinco) o el cantante Omar Montes (Amazon). Las Kardashian abrieron la puerta en 2007 y desde entonces el filón no ha dejado de crecer.

De fraguar un acuerdo con cualquiera de las plataformas de 'streaming' que operan en España, lo de Tita Cervera tiene pinta de éxito garantizado. No hay cosa que más atraiga a una parte notabilísima de la audiencia que entrar en casa de un millonario. Si tu historial como 'celebrity' no acaba convertido en una docuserie es que no lo has hecho bien.

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