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¿Por quién juega la economía?

Al Gobierno le favorece la creación de empleo, pero le ha perjudicado el disparo de la inflación. El precio de los alimentos ha subido un 12% en un año, aunque el IPC se ha moderado hasta el 3,2% en mayo

Barcelona 14/03/2023 . Economía Cesta de la compra carro de la compra inflación precios y consumo cesta básica En la foto, supermercado Caprabo en el barrio de Gràcia Fotografía de Ferran Nadeu

Barcelona 14/03/2023 . Economía Cesta de la compra carro de la compra inflación precios y consumo cesta básica En la foto, supermercado Caprabo en el barrio de Gràcia Fotografía de Ferran Nadeu / Ferran Nadeu

Joan Tapia

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Cuando hay elecciones, la economía cuenta. Si va bien la gente es benevolente con quien manda. Si cree que va mal expresa su malhumor votando en contra. Le pasó al presidente Bush padre en 1992 cuando perdió ante Bill Clinton, quien patentó aquella famosa y aguda frase: “Es la economía, estúpido”. Pero no siempre es así. Quizás el caso de libro es la derrota de Rajoy ante Zapatero en marzo del 2004. La economía iba bien, pero Aznar, todavía presidente en funciones, se empeñó en que ETA era la culpable del horrible atentado de Atocha…

Ahora dice Sánchez que “la economía española va como una moto”, pero en las municipales del 28M el PSOE ha perdido ante el PP. ¿Qué pasa pues en la economía? El 2022 crecimos un 5,5% y este año lo haremos un 2,4% según la última predicción, al alza, del BBVA, que supera incluso el objetivo del Gobierno. Estamos pues en plena desaceleración, pero el PIB crece cuando la zona euro está en recesión técnica y el empleo sube. Hoy hay 20,8 millones de empleos, un récord histórico.  

Pero el disparo de la inflación, hoy el primer problema de los españoles y los europeos, lo enturbia todo. Cierto, el IPC español ha bajado del espantoso 10,8% de hace un año al 3,2% en mayo, pero el precio de los alimentos -que se sufre cada día- está aún en el 12%. Hace cuatro meses en el 16,6%. Es lógico que la alta inflación -hasta ahora muy superior al aumento de los salarios- esté haciendo que los ciudadanos -pese al aumento del PIB y del empleo- tengan una percepción 'menos moto' que la de Sánchez y Calviño. Según el último eurobarómetro la inflación ha hecho que los pesimistas sobre el futuro de la economía hayan subido 12 puntos en un año, hasta el 36%, mientras que los optimistas han bajado al 24%. Y, ojo, Caritas afirma que nunca había sido tan alto el número de los que recurren a su ayuda.

La deuda pública

Además, la deuda pública ha subido mucho (hasta el 113% del PIB), pero no por culpa de Sánchez sino de las ayudas estatales por la pandemia y para compensar el disparo de los precios. Pero Feijóo sí tiene razón en que la reducción de la deuda y del déficit deben ser un objetivo prioritario. Y algunas de las medidas keynesianas del Gobierno (salario mínimo, pensiones, ayudas públicas), que a corto han sido positivas porque han tirado mucho de la economía, a medio plazo pueden tener inconvenientes. 

El problema de fondo es que desde la crisis de 2007, con gobiernos del PP y del PSOE, España está retrocediendo en la convergencia en renta per cápita con Europa. Las reformas necesarias no se hacen por la gran polarización y la falta de consensos

El BCE volvió el jueves a subir los tipos de interés, hasta el 4%. Y lo seguirá haciendo “porque la inflación está siendo demasiado alta durante demasiado tiempo”. El BCE cree que la inflación europea acabará el año por encima del 5% y que no se alcanzará su objetivo, el 2%, hasta 2025. Hasta entonces los tipos de interés no bajarán y las consecuencias sobre la inversión de las empresas y familias y el coste de la deuda pública serán preocupantes. Es lo que pasa cuando, aunque sea por motivos razonables, no se tiene la casa en orden.

Pero el gran problema de fondo -señalado por el Cercle d’Economia y subrayado esta semana por el Gobernador del Banco de España- es que en renta per cápita, el indicador más revelador del bienestar económico, hemos dejado de converger con Europa. En 2022 la renta per capita española fue solo el 87% de la media europea cuando en 2007 habíamos alcanzado el 91%. Hemos retrocedido a los años 90. Por la crisis de 2008, la pandemia y porque la población (inmigración) ha crecido más que la media europea. Pero lo impepinable es que desde hace años -con gobiernos del PP y del PSOE- España ha modernizado su economía menos que la media europea. Estamos estancados.

La razón es que las reformas necesitan moderación, consensos y apoyos amplios mientras que aquí ha predominado la crispación y la polarización en dos bloques antagónicos (pactar con el contrario es pecado mortal). Por eso si después de las elecciones seguimos con el chip actual -Gobierno PSOE-Sumar, o PP-Vox- las reformas continuarán retrasándose. Un simple ejemplo: ¿cómo reformar la financiación autonómica si las cúpulas del PP y del PSOE no se ponen de acuerdo para 'domar' los contradictorios y legítimos intereses de las autonomías que controlan? 

El problema español no es tanto la coyuntura, sino que podemos haber entrado en un periodo de estancamiento ante Europa y la modernidad. 

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