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Joan Tapia

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Presidente del Comité Editorial de EL PERIÓDICO.

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Aragonès tras la derrota

El 'president' toma nota de los malos resultados de ERC en las municipales. Reajusta su Govern sin dramatismo, sacando a Anna Simó y Ester Capella del fondo de armario republicano

Pere Aragonès, en su comparecencia

Pere Aragonès, en su comparecencia / MANU MITRU

ERC ha sufrido una seria derrota en las municipales al pasar de ser la ganadora de 2019 a la tercera posición, tras el PSC y Junts. Y perdió 300.000 votos. El 'president' Aragonès ha decidido tomar nota y reajustar su Govern para intentar agotar la legislatura hasta su final natural (febrero de 2025).

Aragonès –y la cúpula de ERC– han optado por unos cambios que indican más voluntad de recuperación que pánico a los malos resultados. La primera medida ha sido hacer número dos de la lista de Madrid a Teresa Jordà. Se trata así de mantener a Rufián, el hombre para el área metropolitana pese a su pobre resultado en Santa Coloma de Gramenet, en tándem con Jordà, una rodada republicana más identificada con las bases independentistas de la Catalunya interior. Sustituirá a Jordà su segundo, David Mascort, lo que tiene escasa significación.

El segundo cambio intenta reconectar con el mundo educativo. El 'conseller' Gonzàlez-Cambray se empeñó, justo tras la pandemia, en unas medidas precipitadas que tuvieron mala recepción y provocaron gran conflictividad con los educadores y sus sindicatos. Y las familias pagaron el pato. Cambray ha hecho perder votos y para sustituirlo se recurre a una veterana de ERC, Anna Simó, que formó parte de los gobiernos del tripartito con el PSC, con experiencia gestora y relacionada con la ERC pre-Junqueras de Joan Puigcercós y Xavier Vendrell.

El tercero no es menos significativo. El 'conseller' Juli Fernández solo llevaba siete meses en el cargo y era reticente al pacto con el PSC de renegociar la B-40 y el aeropuerto. ERC sabe que este pacto es clave para la legislatura y llama a Ester Capella, que fue una eficiente 'consellera' de Justícia cuando el juicio del 'procés'. Y que luego ha sido una discreta delegada de la Generalitat en Madrid (números de Rufián aparte). 

Aragonès, con el consejo de Junqueras y de Marta Rovira, intenta adaptar su Govern al varapalo de hace 15 días. Sin dramatismos. Solo recurre a un solvente fondo de armario republicano. ¿Será suficiente?

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