Error del sistema

Pablo Iglesias, Amado Líder

Iglesias ya no es un político, lo que tiene es un negocio. Canal Red, una televisión para expandir 'su' verdad

Pablo Iglesias, en el vídeo de presentación del Canal Red.

Pablo Iglesias, en el vídeo de presentación del Canal Red.

Emma Riverola

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Avanzan irredentos, cuchillo en boca, prestos a desollar al impuro, a dejar en carne viva a todo aquel que ose mancillar el honor del Amado Líder. Acechan por los vericuetos de Twitter y se lanzan sobre el discrepante a degüello. Escupen insultos. Buscan la humillación. Se hermanan en la ridiculización ajena. Son agresivos. Son hirientes... Ni siquiera son originales. 

Si Iglesias ayudó a soñar con un mundo mejor cuando propuso asaltar los cielos, ahora se ha transmutado en el señor oscuro del acoso y derribo. Con sus prendas de monje mesiánico (de veinteañero malote, en su caso), escupe a unos y a otros. Por supuesto, a los conservadores, pero la virulencia esta reservada a los que supuestamente están más próximos a él. Aunque, quizá, es su presencia en el tablero la que no queda clara. ¿Hablamos de izquierda? ¿De populismo puro y duro? Quizá es otra cosa. 

Porque, ahora, Iglesias ya no es un político, lo que tiene es un negocio. Y está bien recordarlo. Canal Red, una televisión para expandir “su” verdad.¡Cloacas! ¡Vendidos! ¡Palmeros!, clama a diestro y siniestro el Amado Líder. Y estas lindezas las dedica a políticos, pero sobre todo a periodistas. ¡Y cómo disfruta señalando con nombres y apellidos! Venga, chicos, aquí tenéis una nueva diana, les dice a sus acólitos. La semana pasada fue Marc Marginedas. No hace falta recordar las virtudes del periodista de EL PERIÓDICO, suficientemente (re)conocidas, ni recordar hasta qué punto lo llevó su compromiso con la verdad. Tanto da. Iglesias lo ha reducido a un adversario al que atacar. A él y a todos los que se pronuncian a favor del periodista. 

Aparquemos los principios y vayamos al apostolado (y a los dividendos). A Iglesias siempre le interesaron los medios. Forjó su liderazgo en las tertulias, y en su ejercicio político trató de interferir cuanto pudo en ellos. Ahora, ya libre del encorsetamiento de la política institucional, se lanza en pos de una soberanía mayor. 'Fox News' ha mostrado cuánto poder puede alcanzarse creando una burbuja de falsa realidad. Es algo peor que la degradación del periodismo.

Propaganda

Juguetear con la realidad, enmascarar la propaganda, agitar las emociones y deteriorar el diálogo para alimentar fidelidades sectarias, todo esto ya está escrito. Por ello, el señalamiento y la degradación de periodistas. Por eso, la polarización. Por eso, también la crispación. Todo ello beneficiará a Canal Red, se supone. También a Iglesias, claro. Otra cosa es el bien común, el horizonte del progresismo e, incluso, la solidez de la izquierda. 

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