La condena a la presidenta del Parlament

El lobo, el cordero y la Borràs

Solo hay algo más humillante que ser declarada corrupta: que el tribunal que te condena te perdone la vida

Borràs atiende a los medios frente al Parlament

Borràs atiende a los medios frente al Parlament / RICARD CUGAT

Albert Soler

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Menudo descanso, poder referirnos a Laura Borràs como delincuente, una vez que así lo ha dictado la justicia. Me costaba un mundo añadir siempre el inefable “presunta” cada vez que la nombraba, los dedos al teclado no me obedecían, me tenía que obligar a mí mismo a escribir esa palabreja que dejaba alguna duda sobre los tejemanejes que llevó a cabo la gigantesca política -ya casi expolítica- con nuestros dineros. Se terminó la presunción. Cada vez que escribamos sobre ella podemos tratarla de delincuente, e incluso de delincuenta si se empeña la ministra de Igualdad.

La delincuente se niega a dimitir, como si tuviera las posaderas encajadas en la silla de presidenta del Parlament. Habrá que avisar a los bomberos para que desalojen a la corrupta -nada de presunta, qué placer- dirigente de JuntsxFraccionar -o como se llamen hoy- y encargar a un carpintero otra poltrona, esta vez más holgada para que nadie vuelva a quedar atorado en ella. La corrupta con todas las de la ley -qué bienestar experimenta uno al escribirlo- repite a quien quiera escucharla que ha sido condenada por prevaricación y falsedad pero no por corrupción, ocultando que eso último no existe como delito. Es corrupta precisamente por haber prevaricado y falsificado documentos. Tampoco existe el delito de meter mano, y si salgo a la calle y toco un culo, me van a condenar por este motivo, aunque le llamen agresión sexual.

- ¡A mí no me han condenado por meter mano, eso es ‘lawfare’! ¡Jueces fachas, ‘visca’ Catalunya y etcétera! ¡No pienso dimitir! -sería mi original defensa.

El tribunal ha aprovechado la sentencia de Borràs para solicitar al gobierno que la indulte. Solo hay algo más humillante que ser declarada corrupta: que el tribunal que te condena te perdone la vida pidiendo clemencia para que no ingreses en prisión, como quien ahuyenta una mosca con la mano: no eres nadie, no nos importas, en nada nos podrías perjudicar, vete a casa con tu mariposita amarilla, que te aguante tu familia.

Como humillación, no está mal, pero un montón de catalanes se han visto perjudicados por los delitos de los lacistas, así que antes de otorgar clemencia, el gobierno español debería conocer el viejo proverbio afgano: la misericordia con el lobo es crueldad con el cordero.

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