Artículo de Joan Roca Sagarra

8M | Hoy, mañana y siempre: es cosa de todos

Es un día en el que todos debemos sentirnos compelidos, en el que todos tenemos que querer participar y llevarnos un mensaje claro y determinado

Alumnos del Instituto Poeta Maragall de Barcelona, hacen un mural sobre mujeres y cine a la fachada del edificio

Alumnos del Instituto Poeta Maragall de Barcelona, hacen un mural sobre mujeres y cine a la fachada del edificio / MANU MITRU

Joan Roca Sagarra

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Este 8 de marzo celebramos el Día Internacional de la Mujer. Y lo celebramos todos porque, a pesar del título, no es un día que corresponda solo a las mujeres, sino que el bien común que se persigue nos afecta a todos y lo queremos todos: todas y todos. Que nuestra sociedad garantice la igualdad entre géneros con el objetivo último de la diversidad y promueva el rol de la mujer en todos los niveles de decisión depende de todos.

De la misma forma que el Día Mundial de la Infancia no lo celebran solo los niños, sino sus padres, madres, familiares y tutores; o el día del cáncer, o el día del sida no lo celebran solo aquellos que sufren las malditas enfermedades, sino todos los que luchan en torno a los enfermos/as, como son sus familias, médicos/as y enfermeros/as.

En España, el 8 de marzo de 1910, la mujer accedió a la enseñanza superior en igualdad de condiciones que el hombre. Y, después de una larga historia para fijar un Día Internacional de la Mujer, que en Alemania, Suecia y Rusia se conmemoró por primera vez el 8 de marzo de 1914 (tres años después de hacerlo para la Mujer Trabajadora), las Naciones Unidas acabaron por fijar la fecha en 1975. Esta ha sido una lucha que tuvo que iniciarse hace más de un siglo con acciones llenas de coraje, épica y un cierto heroísmo, y que a fecha de hoy deberíamos reivindicar desde la transformación de la sociedad, con pasos que permitan ir transicionando de forma eficaz, y sin nuevos capítulos de lucha épica, hacia un modelo convivencial más igualitario, en el que la mujer juegue el mismo rol que el hombre, sin diferencias.

El Día de la Mujer es día de reivindicación de la igualdad de roles en nuestra sociedad entre hombres y mujeres. Y de este objetivo derivan tantos otros, desde el respeto a la libertad de decisión de la mujer hasta la todavía demasiado a menudo utilización de un lenguaje groseramente machista, pasando por el rol de los valores femeninos en la toma de decisiones en responsabilidades de dirección en los distintos ámbitos empresariales, sociales o políticos.

Y esta es una reivindicación que nos corresponde a todos; no solo a la mujer. No solo al género femenino. Si el día de la infancia solo le reivindicaran los niños y niñas, seguramente no conseguiríamos los objetivos de educación universal: para que en el día de la infancia se puedan celebrar los actos y promover las políticas que permitan conseguir sus objetivos, no tendría ningún sentido que lo dejáramos en sus manos. Si el día del cáncer lo dejáramos en manos de quienes padecen la enfermedad, sin contar con las médicas y enfermeras, las consejeras de sanidades o consejeras delegadas de las diferentes instituciones clínicas u hospitalarias o de investigación, seguramente avanzaríamos poco en la búsqueda de la enfermedad y vías de curación.

La que celebramos es una lucha que sería un error que se dejara solo en manos de las mujeres. Es la reivindicación de todos. Sería grave que nos dejáramos llevar por su título y llegáramos a creer que solo corresponde a la mujer. Es un día en el que todos debemos sentirnos compelidos, en el que todos tenemos que querer participar y llevarnos un mensaje claro y determinado para que esta lucha sea la de todos y durante todo el año.

Nuestra sociedad, que queremos sea sostenible y diversa, solo conseguirá serlo si todos y todas estamos representados en igualdad, si todos y todas participamos y podemos decidir desde las mismas capacidades y reconocimientos.

Y si todavía hoy las encuestas y las cifras indican que son los hombres quienes ocupan los cargos con mayor responsabilidad en las diferentes instituciones, escuelas, centros médicos, administraciones públicas, agencias o empresas, entonces son (¡somos!) todos los hombres quienes hemos de hacer nuestra esta lucha por conseguir mayor igualdad en la toma de decisiones en todas estas instituciones, escuelas, centros o empresas. Nos corresponde a todos. Hoy, mañana y durante todo el año.

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