Ágora

El consentimiento no se toca

Mientras la derecha ha puesto el foco en la rebaja de penas fruto de algunas interpretaciones judiciales que se alejan de la voluntad del legislador, no hablamos de los adelantos que implica la ley del 'solo sí es sí'

La C. Valenciana encabeza la rebaja de penas por la ley del ‘solo sí es sí’.

La C. Valenciana encabeza la rebaja de penas por la ley del ‘solo sí es sí’.

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Solo sí es sí, gritamos centenares de miles de mujeres después de conocer la sentencia judicial del caso de La Manada en la que el Tribunal inicialmente consideró que era un abuso y no una violación, porque los magistrados obviaron que una de las reacciones más comunes, y por pura supervivencia, de las víctimas de una agresión sexual es el bloqueo, es cerrar los ojos y esperar que pase tan deprisa como sea posible. Porque no hay que ser muy feminista para entender que una chica tiene mucho, demasiado a perder si se resiste a una agresión.

La Manada es solo una de las miles de sentencias que se revisaron a la hora de diseñar la ley del ‘solo sí es sí'. Una norma que contó con el apoyo de Esquerra Republicana porque ponía el consentimiento en el centro. Porque era coherente con el modelo de abordaje a las violencias machistas, incluyendo las violencias sexuales, que hace tiempo que trabajamos desde Catalunya. Aquí ya habíamos adaptado las leyes propias para dar cumplimiento al convenio de Estambul; ya habíamos reconocido todo tipo de violencias contra las mujeres, como la política, la digital o la vicaria, y la denuncia ya no era un requisito para dar asistencia a las víctimas.

Mientras la derecha ha puesto el foco en la rebaja de penas fruto de algunas interpretaciones judiciales que se alejan de la voluntad del legislador, no hablamos de los avances que implica esta ley. Una norma que, poniendo el consentimiento en el centro, pretende que preguntas como "dónde iba sola a aquellas horas, cómo iba vestida o si cerró bastante fuerte las piernas" —todas ellas reales— no se repitan nunca más. La víctima ya no tendrá que acreditar que se resistió, que gritó suficientemente fuerte, sino simplemente que no consintió.

Como pasó en 2004 con la Ley de Violencia Machista, donde el sobreseimiento de casos incrementó un 160%, la justicia patriarcal se resiste, y la derecha mediática atiza el terror sexual hablando de "violadores en libertad", cuando ni siquiera tenemos los datos de cuántas rebajas de condena se están produciendo. El Ministerio de Justicia no las ha querido facilitar, y sin datos lo único que tenemos es ruido interesado. El PSOE, de nuevo, se alinea con la derecha más rancia para proteger el ‘statu quo’, para proteger el patriarcado.

Esto no va de cuántos años se está un violador en la prisión. Esto va de acabar de una vez por todas con la cultura de la violación y con la impunidad; va de romper mitos y estereotipos; de impulsar una educación sexo-afectiva para fomentar relaciones sanas; va de acabar con las infradenuncias; va de una justicia que no revictimice; va de acabar con la violencia política contra aquellas que, como la ministra Montero, o como tantas otras, trabajamos para hacer avanzar las políticas feministas en nuestra sociedad.

La Ley del ‘solo sí es sí’ es homologar la Ley española al convenio de Estambul; es trasladar al Estado aquello que ya hace mucho tiempo que defendemos y trabajamos en Catalunya. Por eso desde Esquerra Republicana lo tenemos muy claro: el consentimiento no se toca.

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