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Regular TikTok para proteger a los adolescentes

Ante la actitud hostil de EEUU con China, la posición de la UE parece más razonable, al emplazar a la red social a aminorar su carácter adictivo entre los jóvenes

Taiwan bans TikTok from public sector devices

Taiwan bans TikTok from public sector devices / RITCHIE B. TONGO / EFE

La red TikTok, propiedad de la empresa china ByteDance, está en el punto de mira de muchos países que ven en su asombroso crecimiento el peligro de un control de sus datos y contenidos por parte del Gobierno de Xi Jinping. Por mucho que China haya adoptado medidas destinadas a garantizar que no controla TikTok, empezando por poner la sede en Singapur, la influencia de una red que cuenta con más de 1.000 millones de seguidores, la inmensa mayoría adolescentes, levanta suspicacias en todo el mundo, especialmente entre los países que viven un conflicto potencial con China, como la India, cuyo Gobierno la ha prohibido, y entre aquellos, cómo Estados Unidos, que quieren hacerlo para seguir dominando el universo de las redes sociales. La actuación de EEUU ha puesto de manifiesto la necesidad de diferenciar cuánto hay en ello de defensa de la salud de los menores y cuánto de defensa de intereses comerciales, aunque sea chocando con la sagrada primera enmienda de la Constitución norteamericana sobre la libertad de expresión. 

Es significativo que la administración de Joe Biden haya retomado la confrontación comercial con China, iniciada por Donald Trump en su campaña contra el gigante tecnológico Huawei. Al firmar la última ley de presupuestos en diciembre, Biden no dudó en prohibir el uso de TikTok en los dispositivos electrónicos de los empleados federales, siguiendo la estela de actuaciones similares adoptadas en 22 estados. Los argumentos esgrimidos para adoptar decisiones ante el auge de TikTok no son despreciables: defender la privacidad de ciudadanos particularmente vulnerables y evitar que China tenga acceso a la información que circula por la red y pueda controlar el algoritmo que determina su influencia sobre los 100 millones de seguidores de TikTok que existen en EEUU, de los cuales dos tercios tienen menos de 16 años. Sin embargo, las actitudes aislacionistas defendidas por la mayoría de los congresistas republicanos no son necesariamente el mejor remedio ante el serio problema de la adicción de los menores a TikTok u otras redes sociales, la mayoría norteamericanas. 

En ese sentido, parece más razonable la posición de la Unión Europea, que también ha manifestado su inquietud por la influencia de TikTok y el dominio que ejerce China sobre la red. En una reunión reciente con altos ejecutivos de la empresa china, tres comisarias de la UE les emplazaron a adoptar medidas que impidan la violación de la privacidad de sus usuarios y aminoren el carácter adictivo de la red y sus efectos perversos sobre la salud de los jóvenes. Algunos países, como Francia, han multado a TikTok por vulnerar la legislación que impide rastrear a los usuarios mediante las 'cookies'. Durante la reunión, el consejero delegado de Tik Tok, Shou Zi Chew, reconoció que algunos periodistas habían sido espiados utilizando datos de la red y aseguró que los responsables del escándalo habían sido despedidos. El camino emprendido por la UE no resulta fácil debido a la extrema capilaridad de las redes sociales y a la capacidad de las empresas globales para rehuir controles, pero parece el camino más acertado, tras la aprobación de una pionera ley de Servicios Digitales destinada a crear nuevas obligaciones para contrarrestar los riesgos en línea de las plataformas digitales. La aplicación de esta ley europea –concebida para proteger los derechos de los usuarios y exigir transparencia y responsabilidad a las plataformas– nos parece el mejor instrumento para abordar los riesgos que entraña un mal uso de TikTok y de todas las demás plataformas en línea.