Artículo de Joan Guix

Algunas prioridades para la salud pública catalana

Es necesario crear una red de salud pública de Catalunya bien estructurada y, si es necesario, jerarquizada

Beard

Beard / Beard

Joan Guix

Joan Guix

Por qué confiar en El PeriódicoPor qué confiar en El Periódico Por qué confiar en El Periódico

Con la pandemia de SARS COV-2, todos los agentes políticos han puesto sobre el papel que una de sus máximas prioridades era fortalecer la salud pública. Ahora que la gran emergencia de covid parece ir cediendo, es el momento de actuar para que nuestra salud pública pueda ser realmente capaz de dar respuesta a los desafíos que tenemos planteados.

1.- En primer lugar, dos grandes problemas: las enfermedades infecciosas, especialmente epidemias y pandemias, y las enfermedades crónicas no transmisibles. Necesitamos detectarlas lo antes posible, conocer sus características y tendencias. Necesitamos mejorar la vigilancia y la inteligencia epidemiológica y esto significa dotar a la salud pública de recursos humanos bien preparados, de recursos informáticos y de laboratorios bien dotados tecnológicamente y adaptables a las necesidades que puedan surgir.

2.- La crisis climática es una de las más importantes prioridades en salud pública y ya vamos tarde. Debemos establecer estrategias para minimizar los efectos negativos del cambio climático sobre la salud de la población. En enero de 2020, el Govern de la Generalitat aprobó impulsar el Programa de Resposta de Salut Pública front l’Emergència Climàtica. La pandemia lo detuvo. La crisis climática no se ha detenido.

3.- Para alcanzar estos objetivos necesitamos políticas que, forzosamente, deben ser transversales y multidisciplinares. Solo garantizando un ambiente y un mundo animal sanos podemos garantizar una buena salud humana. Es la filosofía de la estrategia One Health (una sola salud), absolutamente imprescindible, junto con los planteamientos de Salud en todas las políticas: cualquier política que plantee cualquier Administración tiene impacto sobre la salud de las personas, y por tanto, es necesario tener en cuenta y evaluar que este impacto sea positivo y no negativo. Es necesario respaldar, por tanto, estas dos políticas si queremos alcanzar buenos resultados.

4.- Para hacerlo realidad necesitamos estructuras potentes capaces de salir adelante, y en Catalunya tenemos mucho terreno que recorrer.

Nuestros servicios de salud pública están bastante fragmentados. A los municipios les corresponde parte de la protección de la salud, como puede ser el control de minoristas alimentarios y la participación en tareas de promoción de la salud; a la Agència de Salut Pública de Catalunya (ASPCat) le corresponde el resto de la protección y promoción de la salud, la prevención de las enfermedades y la vigilancia epidemiológica, entre otras funciones como las que tienen que ver con la salud laboral o las adicciones. Por otro lado, el ASPCat tiene una organización territorializada que le permite actuar a nivel local, generando una serie de espacios en los que queda poco aclarada la competencia efectiva. Tanto los entes Locales como la agencia tienen funciones de autoridad sanitaria. Añadamos los servicios de medicina preventiva de los centros hospitalarios, la atención primaria, las universidades y centros de investigación y las diputaciones. Un gran potencial de actuación, y sin embargo, falto de una estructuración clara. Es necesario crear una red de salud pública de Catalunya con todos estos elementos, bien estructurada y, si es necesario, jerarquizada.

De la estrecha colaboración entre servicios de salud pública, atención primaria y municipios deben surgir políticas orientadas a la actuación sobre los determinantes sociales de la salud. Se trata de una orientación comunitaria imprescindible para desarrollar políticas como las anteriormente citadas.

Por último, disponemos de una Agència de Salut Pública creada en 2009, disuelta por los recortes del año 2013 y recuperada en 2019. El texto de la ley de la Agència de Salut Pública de Catalunya, aprobada por unanimidad por el Parlament, daba seis meses para la elaboración de sus estatutos. Vino la pandemia. La agencia, más de tres años después, todavía no existe legalmente de forma plena.

En Catalunya, la salud pública representa en torno al 2% del presupuesto de salud. En 2019, el último antes del covid , el presupuesto del ASPCat era de 21 euros por persona y año. Totalmente insuficiente. Obviamente, la pandemia ha hecho que se incremente notablemente el gasto, pero la cuestión es: cuando volvamos a la “normalidad”, ¿se dispondrá de los recursos necesarios para hacerlo?

Suscríbete para seguir leyendo