Artículo de Sílvia Cóppulo Opinión Basado en interpretaciones y juicios del autor sobre hechos, datos y eventos
NoMo: ¿Ser madre? No, gracias
Basta de culpabilizar a las mujeres que no quieren ser madres. Se las tilda de egoístas, de hedonistas o de mujeres que no saben amar incondicionalmente

Una mujer amamanta a su hijo.
“Al poco de conocerle en Tinder, le dije que no quería tener hijos. Él, tampoco. Han pasado 10 años. Profesionalmente, he progresado. Estamos ahorrando para una casa y somos felices”, me dice mi compañera de la radio.
“Nunca me han gustado los niños. En el parque me fijo más en los perros”, se sincera mi amiga abogada.
“Eran otros tiempos; tuve que escoger entre familia o profesión”, me contó la catedrática.
“No es que no quisiera ser madre, es que no encontré el momento, sabiendo la repercusión que tendría en mi vida personal, en mi carrera y con mi pareja”, he escuchado tantas veces.
Durante años, solo tuvimos la expresión de “mujeres sin hijos”, como si estuvieran incompletas. La psicoterapeuta británica Jody Day, autora del libro ‘Rocking the life unexpected’, acuñó el término NoMo’s (Not Mothers, No Madres), y aún podemos usar ‘childfree’ (libre de niños), expresión que amplía su significado para categorizar establecimientos que no permiten la entrada a los críos, en pro de un ambiente de mayor calidad, relajado.
Entretodos
A nuestro alrededor, aumenta el número de mujeres que dicen no a la maternidad. Y ya va siendo hora de que derribemos el estigma que pesa sobre las NoMo’s. Basta de culpabilizarlas. Se las tilda de egoístas, de hedonistas o de mujeres que no saben amar incondicionalmente, mermadas de un rol que las ha definido en el transcurrir de los tiempos. Nadie cuestiona que un hombre no sienta “la llamada” de ser padre. Toda la presión recae en ellas. ¿Instinto materno? Científicamente, está por demostrar. Mejor sería referirse a una opción libre o a un deseo, a veces fluctuante.
Noticias relacionadas“Disfrutar de los hijos”, escriben bien las revistas ‘sociológicas’ de papel ‘couché’. Pero ¿quién cuenta las renuncias, el cansancio o los miedos? ¿Qué mujer puede volver al trabajo tras el permiso de maternidad, soltando algo como: “Ya no podía más de tanto olor a leche y a caquitas, sin poder tener una conversación con una persona adulta durante todo el día”?
Ser madre es ser mujer, pero ser mujer es mucho más que ser madre.
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