Artículo de Agnès Marquès

¡Dudemos sobre la maternidad!

Si ya hace años que reivindicamos a las mujeres que no quieren ser madres, toca reivindicar a las que sencillamente no lo saben

Una madre calma a su bebé en sus brazos.

Una madre calma a su bebé en sus brazos. / ShutterStock

Agnès Marquès

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Tardé treinta y siete años en saber que quería ser madre. En ningún momento antes de esos treinta y siete tuve clara la respuesta a la pregunta con la que convivimos las mujeres. Uno, tal vez, decía por decir algo. Siempre me sentía desconcertada, por no saber qué responder.

Uno, tal vez, dije sintiéndome un poco más incómoda la primera vez que un novio me hizo la pregunta. Él soñaba en convertirse en la versión catalana de los Brady, así que aquello fue intenso pero fugaz. Puso su proa a la búsqueda de la madre de sus hijos mientras yo me quedaba un poco indispuesta: ¿cómo podía ser que no supiera responder a esa pregunta? Todo el mundo parecía tenerlo claro y en ese momento, a mi alrededor, empezaban a llegar bebés en masa. Y siguen llegando, ahora que crucé el imponente murete de los cuarenta.

Hace unos días explicamos en el 'Planta Baixa' de TV-3 que España es el país de la Unión Europea dónde hay más mujeres mayores de cuarenta embarazadas. El principal motivo, nos repetimos, es el económico, y cuadra perfectamente con todas las dificultades que tenemos las mujeres para hacer carrera profesional con el parón de la maternidad de por medio. Pero me pregunto cuántas de vosotras habéis sido o seréis madres a una edad madura sencillamente porque tardasteis en saber responder a la impertinente pregunta, porque no tenéis claro si eso tan extraño de reproducirse y tener que cuidar, educar y preocuparse por alguien va con vosotras. 

A la actriz Blanca Suárez (sigue siendo actriz, buenísima, a pesar de que casi siempre la veamos en programas de televisión y revistas protagonizando titulares del corazón) le preguntaron cuándo sería madre (hola, siglo XXI) y respondió que eso lo hablaría con quien tuviera que hablarlo, no con un reportero y media España a la vez. Primero con una misma, pensé; sin dar ninguna respuesta por sentada. Porque si ya hace años que reivindicamos a las mujeres que no quieren ser madres, toca reivindicar a las que sencillamente no lo saben. Porque poder dudar es la auténtica libertad.

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