Artículo de Montse Santolino

La ampliación del Prat | Un nuevo sentido común

Foment del Treball no acepta un ‘no’ por respuesta y vuelve a la carga con la ampliación del aeropuerto

Aviones en la pista de despegue 25L , la que se pretende ampliar por la zona de la Ricarda, área protegida del Parc Natural del Delta del Llobregat , vistos desde el mirador de l’Illa Foto de Ferran Nadeu

Aviones en la pista de despegue 25L , la que se pretende ampliar por la zona de la Ricarda, área protegida del Parc Natural del Delta del Llobregat , vistos desde el mirador de l’Illa Foto de Ferran Nadeu / Ferran Nadeu

Montse Santolino

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Después de un verano de olas de calor, sequía, inundaciones y granizo mortal, y en medio de una guerra y de la peor crisis energética en décadas, la patronal vuelve a la carga con la ampliación del aeropuerto. Foment del Treball no acepta un ‘no’ por respuesta y ha inventado una comisión para forzar que se reabra el debate político sobre el tema.

Su portavoz no podía ser otro que el presidente de los constructores que gestionan el 80% de la obra pública del país, y que no piensan renunciar a 1.700 millones de euros. Sus argumentos son los mismos de siempre pero suenan aún menos creíbles: la tecnología permitirá que los aviones contaminen menos, la ampliación salvará en realidad la Ricarda, y siempre podemos proteger el Garraf para compensar. En este país los constructores deciden hasta sobre los parques naturales. Pocas veces ha sido tan claro hasta qué punto la patronal confunde el interés general con el suyo.

Pero no. El sector aéreo es el más contaminante e insostenible. El precio del petróleo no dará tregua y los viajes interoceánicos volverán a ser un lujo. Para cuando los aviones reduzcan a cero sus emisiones, ya será tarde. Lo sabemos todos, y lo saben ellos. Y esa comisión resulta groseramente antidemocrática cuando todas las encuestas confirman que la gran mayoría de la ciudadanía está preocupada por la emergencia climática (el 91% mucho o bastante según el CIS), y le pide a los políticos que actúen ya, y con medidas más drásticas.

En eso están las organizaciones sociales que, desde hace meses, trabajan para que los partidos incluyan el delito de ecocidio en el Código Penal. Trabajaron también mucho para que el Gobierno creara la Asamblea Ciudadana por el Clima, y el presidente Aragonès ya ha anunciado su convocatoria. Los empresarios volverán a tener oposición porque el nuevo sentido común es el de la supervivencia y dicta que las decisiones sobre la economía, y la vida, no las pueden tomar solo ellos. Lo del fin de la abundancia no era solo para los demás.

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