Un homenaje particular a Núria Feliu
En su muerte he pensado, sobre todo, en los boleros. Y en los estándares de jazz que cantó con Tete Montoliu. Y en las versiones de tonadas italianas
Josep Maria Fonalleras
Escritor
Josep Maria Fonalleras
En la muerte de Núria Feliu, he pensado, sobre todo, en los boleros. Y en los estándares de jazz que cantó con Tete Montoliu. Y en las versiones de tonadas italianas. Y en esa espléndida 'Fly me to the moon', de Bart Howard, que aquí se llamó 'Porta’m lluny del món'. O en la revisión de 'Je vous ai reconnu', de Mistinguett, aquel 'Ja us he reconegut' que es todo un homenaje a la canción, a la solidaridad y al calor entre el público y la cantante.
He pensado también en Josep Maria Andreu Forns, que ganó el premio Carles Riba de poesía y que después se dedicó a hacer de letrista y a adaptar todos estos clásicos al catalán. También los boleros, en ese memorable disco (1975) donde Feliu cantaba junto a Los Guacamayos, que eran hermanos y de Barcelona, aunque iban vestidos con ponchos americanos. Los boleros nos gustan porque dicen las verdades, como escribió Manuel Puig, y Feliu, que fue muchas cosas, también fue quien se atrevió a cantarlos como si fueran suyos, incluso con mayor contundencia, tristeza y añoranza que los originales, que no es poco. Escucho otra vez 'Quan em tornis a veure' ('Cuando vuelva a tu lado'). En homenaje a Feliu, en la versión de Andreu, más desencantada, más desolada, más de veras.
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