Análisis

Luto en Japón y en el mundo

Con Abe se va un hombre bueno, un político con visión más allá de sus trincheras

El ex primer ministro japonés Shinzo Abe, durante una rueda de prensa en agosto de 2020.

El ex primer ministro japonés Shinzo Abe, durante una rueda de prensa en agosto de 2020. / FRANCK ROBICHON / POOL

Rafael Vilasanjuan

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Con los amigos descolgados de la infancia suele pasar que décadas después acabas coincidiendo solo en funerales. Con Japón pasa algo parecido, difícil que asome a la agenda internacional si no es por una tragedia. La última que llevó a ocupar portadas fue el accidente nuclear en Fukushima, la de ahora el asesinato del antiguo primer ministro Shinzo Abe. La noticia nos ha cogido por sorpresa, tanto como sorprendió en su día el asesinato de Olof Palme en Suecia, al que a pesar de la distancia se parece bastante por la cultura pacifista de ambos países y por la manera de llevarlo a cabo. Pero más allá del asombro, en los funerales de Abe hay lecturas de su legado que podemos rescatar.

Es cierto que Japón nos pilla lejos, aun más en Europa, donde tenemos la sensación de que cuanto más se traslade el eje de atención hacia el Pacífico, más se debilita la alianza a ambos lados del Atlántico. Pero no debería ser así, Japón es un muro de contención en la región del sol naciente. Presionado por China y amenazado por los misiles de Corea del Norte, Abe, el primer ministro que más tiempo ha gobernado, contribuyó a frenar la escalada en esta región plagada de turbulencias, incluso con perspicacia para sortear el flirteo de Donald Trump con el régimen coreano. Cuando tuvo que dejar el cargo por problemas de salud hace dos años, Japón ya lideraba la nueva idea de un área Indo-Pacífica libre y abierta, una suerte de comunidad de intereses con el objetivo de favorecer el tránsito hacia la democracia a partir del intercambio y el progreso económico de la zona, generando un nuevo contrapunto a la autoritaria China.

Por remotos que nos parezcan esos problemas, el eco de sus convulsiones traslada el luto desde Japón hasta aquí. En la ceremonia de adioses, tenía la tentación de escribir sobre el legado de Boris Johnson, pero el contraste entre ambos es demoledor. Con Abe se va un hombre bueno, un político con visión más allá de sus trincheras ¡Con la falta que nos hacen!

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