PSOE y Podemos: tonterías, las justas

Hay nervios en el PSOE y en el Ejecutivo. Los malos resultados en Andalucía auguran cambios. Por ahora, Pedro Sánchez calla y transmite a los suyos que se centren en lo importante, que hagan campaña de las medidas del Gobierno y que no atiendan a “tonterías”. Qué gran palabra, tonterías. Qué inmensidad puede contener. Desde luego, incluye las especulaciones sobre cargos que vienen y van. Pero puede entrar tanta rivalidad, crispación, superioridad y desprecio en ese saco.

¿Qué pasaría si la izquierda se olvidara de las tonterías? La roja y la morada. Y no solo los cuadros. Esos militantes o simpatizantes que confunden el necesario espíritu crítico con la autoafirmación a través de la demolición del compañero de viaje. Ese constante medir la pureza o el conocimiento del otro, esa envidia mal disimulada. Los autogoles constantes de la izquierda no solo desincentivan a los suyos, sino que echa a los brazos de la derecha al votante no ideologizado, el que cambia de color según le va la vida o pinta el futuro, el que busca confianza y seguridad. Ese votante es determinante para conformar mayorías. No suele saberse el programa electoral al dedillo, pero sí tiene claro una cosa: tonterías, las justas.

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