Enfermeras para el futuro

Celebramos este año el Día Internacional de la Enfermera cuando todavía persisten en nuestra memoria todos los momentos vividos durante la grave pandemia del covid-19. Ha sido tal la gravedad de lo sucedido a nivel profesional y personal que, a pesar de que muchos quieren olvidar y pasar página, las enfermeras y enfermeros miramos al futuro con la prudencia y cautela de quien sabe bien las consecuencias de una crisis sanitaria como la que hemos sufrido los últimos dos años.

Las enfermeras y enfermeros celebramos nuestro día mirando al futuro como una oportunidad para el cambio, para mejorar, para aprender y rectificar y para trabajar de manera conjunta con el objetivo final de consolidar y apuntalar la sanidad que todos y todas merecemos y necesitamos.

Celebramos nuestro día sabiendo que somos un valor seguro para garantizar la salud, bienestar y calidad de vida del conjunto de la sociedad y que somos un claro ejemplo de esfuerzo, dedicación y compromiso en pro de un bien común, como es la mejora de la salud, bienestar integral y calidad de vida de más de 47 millones de personas.

Queremos pensar que antes de la pandemia ya nadie lo dudaba pero ahora es irrefutable: las enfermeras y enfermeros somos pilar, referente y motor de nuestro sistema sanitario. Somos agentes de salud, sí, pero también de riqueza y progreso para nuestra sociedad.

Por eso, celebramos, un año más, el Día Internacional de la Enfermera poniendo en valor nuestro trabajo, imprescindible y decisivo en la mejora de la salud y bienestar integral de las personas, proporcionando unas curas excelentes basadas en la evidencia científica, la investigación y la experiencia profesional.

Y lo haremos saliendo a reivindicar y mostrar, de manera unida y participativa, lo que somos y lo que hacemos. También denunciamos que nuestras condiciones laborales y profesionales han sufrido un importante deterioro en los últimos años, especialmente durante la pandemia del covid-19.

Hemos escuchado muchos compromisos y promesas por parte del conjunto de las administraciones públicas y partidos políticos durante la peor parte de la pandemia, pero nuestra situación, lamentablemente, no ha mejorado. Necesitamos más apoyo y reconocimiento público, político y social para poder continuar avanzando más, tanto a nivel profesional como laboral, por el bienestar y la salud global de todos y todas.

Es ahora o nunca. Nos encontramos en un momento decisivo, después de dos años de lucha contra la pandemia del coronavirus, para desarrollar todas las actuaciones y medidas que permitan mejorar la atención y cuidados que prestamos a las personas en los centros de salud, hospitales y otros centros sanitarios y sociosanitarios.

No queremos nada más que poder trabajar con suficientes medios y recursos en entornos seguros y saludables que nos permitan realizar nuestra labor sin sobrecarga, tensión y precariedad de condiciones, las cuales, al final, repercuten negativamente en nuestra salud y seguridad y en la de los pacientes.

Es cierto que estamos cansados, saturados y desanimados, después de constatar que nuestros responsables públicos y políticos ya se han olvidado de todo el que prometieron para mejorar la sanidad y las condiciones profesionales. Pero también hay que decir que estamos muy orgullosos de nuestra labor asistencial y de cuidados antes y durante la pandemia.

En el Día Internacional de la Enfermera 2022, las más de 300.000 enfermeras y enfermeros de nuestro país lo tenemos muy claro. Necesitamos ser más y tener mejores condiciones de trabajo para conseguir un futuro saludable, sostenible, equitativo, inclusivo e innovador.