Twitter: Larry emprende vuelo hacia lo desconocido

Aunque no todas las aves vuelan ni todas lo hacen igual, puede resultar llamativo ver que el destino de un pájaro y el rumbo que ha emprendido ha inundado Internet y los medios de comunicación en estos últimos días. Y es que Larry (nombre por el que los usuarios conocen al popular logo de Twitter) ha iniciado un nuevo viaje tras un movimiento de Elon Musk que le ha llevado a convertirse en el accionista mayoritario de la compañía de microblogging. Un movimiento que venía acompañado del anuncio de la entrada de vientos que soplan en otra dirección y que, según el propio Musk, la llevarán hacia una mayor libertad, autentificación y apertura.

Las reacciones, especulaciones y rumores sobre cuáles serán los cambios reales que experimentará la plataforma y los efectos que estos tendrán se han sucedido después de sus palabras. Pero ¿por qué ha generado tal repercusión? Desde una perspectiva económica, llama la atención la inversión realizada. Es cierto que Twitter no se encuentra entre las redes de 'moda' (especialmente entre los más jóvenes), sin embargo su papel estratégico es innegable y no se pueden olvidar, por ejemplo, los hitos que ha contribuido a alcanzar en la historia reciente del activismo social, prestando sus alas al desarrollo de la inteligencia colectiva. 

Se trata de lo que se podría definir como una compañía consolidada dentro del ecosistema social media, pues ha sabido mantenerse en este entorno tan cambiante y sigue encontrándose entre las plataformas más conocidas. Además, su impronta en el sector y en hábitos de uso de los usuarios es destacable y ha popularizado dinámicas que se han extendido a otras redes, como pueden ser el uso de menciones o hashtags. Precisamente, etiquetas no le faltan a Twitter: en los últimos años se ha considerado que la conversación que en ella se genera está polarizada e incluso hay quienes han calificado de censura las reacciones que ha tenido la empresa ante determinados contenidos y perfiles.

En esencia, la inmediatez y el mensaje breve son sus rasgos más característicos y ello tiene sus ventajas pero también sus inconvenientes. La instantaneidad y el presentar un contenido que es poco dado a la argumentación por cuestión de espacio potencia el componente emocional y por tanto lo visceral puede vencer a lo racional y la reacción automática a la contención. El discurso del odio encuentra en estos atributos un aliado para su expansión pero también las campañas de desinformación han intentado sacar rédito de ellos. Sin embargo, esa capacidad para ofrecer y seguir la última hora han resultado importantes para la cobertura informativa de grandes acontecimientos acaecidos en las últimas décadas e incluso su empleo ha sido clave en situaciones de emergencia, que han comprendido desde el desarrollo de catástrofes naturales hasta el estallido de conflictos bélicos. Por otro lado, desde el punto de vista de la investigación, es una de las redes sociales más estudiadas, tanto por el acceso a los datos como por las posibilidades de análisis que ha permitido para abordar ciertos comportamientos y su evolución en el tiempo.

Con todo, entre los perfiles que se mantienen activos en ella pueden encontrarse personajes públicos relevantes del mundo entero y que provienen de muy diversos ámbitos: desde la política, la economía, el deporte, la cultura,...Y aunque empresas y grandes marcas también diversifican su presencia en otros social media, muchas mantienen en sus planes de comunicación a Twitter como aliada para alcanzar sus objetivos.

Desde esta perspectiva y atendiendo a las posibilidades que puede o ha significado Twitter en términos no solo de difusión sino también de impacto e influencia, se entiende el revuelo causado por el movimiento accionarial y el aviso de cambios en las reglas del juego y de decisión, ahora más centralizadas. Ello invita a seguir de cerca el vuelo que ha emprendido Larry y, antes que pronosticar el destino que marcará la compañía en los próximos meses, solo queda esperar que, tras los cambios, el pájaro azul no quede convertido en una oscura golondrina y deje para el recuerdo, al más puro estilo becqueriano, aquello que no volverá. 

Suscríbete para seguir leyendo