Artículo de Xavier Martínez-Celorrio

Becas, equidad y huelgas docentes

El malestar docente ha explotado en Catalunya por acumulación de fatiga, recortes y torpeza del 'conseller' Cambray, pero apenas reclama más equidad

Docentes durante la manifestación en Barcelona en el cuarto día de huelga, entre los Jardinets de Gràcia y el Departament d'Educació

Docentes durante la manifestación en Barcelona en el cuarto día de huelga, entre los Jardinets de Gràcia y el Departament d'Educació / Ferran Nadeu

Xavier Martínez-Celorrio

Xavier Martínez-Celorrio

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El 30 de marzo se abrió la convocatoria estatal de becas que se mantendrá abierta hasta el 12 de mayo. A diferencia de otros años, se ha adelantado cuatro meses el plazo para solicitarla y saber si se cumplen o no con los requisitos económicos antes de matricularse para el curso 2022-23. En Catalunya esta importante novedad ha coincidido con sucesivas huelgas docentes y está quedando en un preocupante segundo plano. Nadie habla de esto.

Aunque muchos de los estudiantes que ahora acaban la ESO no saben si el curso que viene se matricularán en bachillerato, en ciclos de FP, en enseñanzas artísticas o en escuelas oficiales de idiomas, ya pueden solicitar su derecho a beca no universitaria. Para activar la demanda es imprescindible que las direcciones, el profesorado y los tutores de ESO animen a su alumnado a solicitarla, así como desde los servicios sociales de los municipios. Más adelante se les pedirá más datos para tramitar la solicitud. Incluso, si hay alumnos que dudan si abandonar el curso próximo, pueden solicitar la beca y saber que la tendrán les puede incentivar a seguir en el sistema.

Antes, todo el proceso se hacía en julio cuando el alumnado ya estaba matriculado. Ahora, los ministerios de Educación y Universidades prosiguen con la reforma del nefasto modelo Wert de becas y han logrado adelantar la convocatoria, una histórica reclamación del movimiento estudiantil. Sin embargo, se echa en falta una campaña mediática potente que haga de efecto llamada para aumentar el número de becarios y dar cobertura al aumento de la pobreza de las familias por la actual crisis. Ambos ministerios destinarán el curso que viene 2.134 millones en becas, un 45% más que en el curso 2017-18, última convocatoria del gobierno Rajoy. 

Un informe de la AIREF de 2019 mostraba que solo un 13% de los universitarios recibió información sobre las becas en su centro de secundaria. Toda una anomalía. Conviene preguntarse qué está fallando en la orientación educativa para que pase esto. Es más, buena parte del profesorado ignora que la LOMLOE aprobó el derecho subjetivo a beca que obliga a los poderes públicos a otorgarla cuando se cumplan los requisitos. Pero eso implica que antes hay que pedirla y son los entornos más vulnerables los que tienen peor acceso a la información y a los trámites. 

La inyección de 386 millones en becas para el curso pandémico 2020-21 se tradujo en un incremento de becarios del 21% solo en bachillerato y FP para toda España respecto al último gobierno del PP. Pero Catalunya se quedó al margen de este avance, tan solo incrementó sus becarios en esas etapas un 7% mientras que Baleares aumentó un 38%, La Rioja un 36% o Madrid un 32%. ¿Por qué? No es porque esos territorios tengan más tasas de pobreza o más vulnerabilidad social sino porque aquí no se estimula la solicitud de becas desde los propios centros ni desde el Departament de Educació.  

Tampoco en las recientes huelgas docentes se ha hecho énfasis en reclamar políticas efectivas de equidad educativa. Es paradójico que ningún sindicato haya planteado el retorno de la sexta hora en la red pública. Tampoco se ha reclamado identificar mejor al alumnado NESE con vulnerabilidad socio-económica que ahora es del 6% en primaria y ESO cuando la exclusión social entre los menores es del 18,7%, según Foessa-Cáritas. Es decir, tres veces menos de lo que correspondería con la consecuente bajada de ratios para esos grupos. En su lugar, los más corporativos desvinculan las ratios de la equidad, un enorme error. 

El malestar docente ha explotado en Catalunya por acumulación de fatiga, recortes y torpeza del 'conseller' Cambray justo cuando hay una reforma curricular que aplicar. Pero para salir de este bucle no solo son legítimas las aspiraciones laborales. También cabría esperar mayor exigencia de una equidad efectiva que se resiente por culpa de los recortes, la mala praxis y la ausencia de una hoja de ruta coherente y dialogada

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