Transporte de mercancías

Exportar en ferrocarril

Catalunya debe hacer posible el cambio de ancho de vías de tren convirtiéndose en la primera área de la península que hace la transición

Un tren de mercancías circula por el nuevo tramo de ancho internacional.

Un tren de mercancías circula por el nuevo tramo de ancho internacional. / periodico

Joan Vila

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La gente se piensa que la transición energética solo consiste en hacer renovable la electricidad, y no es así. El camino es complejo, transversal y en gran medida también cultural. Ahora que se ha puesto de moda decir cosas para bajar la factura energética, poca gente habla de reducir la velocidad de circulación por las autopistas de 120 km/h a 110 km/h, de la necesidad de hacer muchos carriles bici, hasta llegar a una inversión de 230 millones anuales, de obligar a las nuevas viviendas a no tener calefacción con gas ni con gasóleo, de obligarlas a tener tejados fotovoltaicos... Pero a la vez nadie habla de cambiar los usos del transporte, tanto el de viajeros como el de mercancías.

Si un día llegamos a controlar el precio de la electricidad volveremos al escenario que queríamos cuando empezamos a diseñar la transición energética: el precio del transporte con combustibles fósiles será muy superior al del transporte eléctrico. Y esto nos conducirá directamente a mirar el tren. Es urgente diseñar aparcamientos importantes en las estaciones de tren, dibujar circuitos con pequeños buses para trasladar a la gente a las estaciones, hacer competitivo el tren de viajeros, eliminando estaciones que reducen la velocidad del trayecto, poniendo más frecuencias de trenes en Cercanías...

Más o menos en todo esto que digo ya se ha trabajado, a pesar de que no se ejecuta nada. Pero en las mercancías nadie piensa, ni trabaja. Hay días que por la Jonquera pasan 18.000 camiones, una cifra que duele a la vista y ya vemos un problema nuevo que se añade: en Europa no hay conductores de camiones. Algunos países han puesto en marcha ayudas para facilitar que los jóvenes tramiten el carné de conductor de camiones, cosa que aquí todavía no pensamos, pero el problema lleva a pensar que hace falta una acción contundente para traspasar las mercancías de la carretera al tren de forma urgente.

¿Cómo lo podemos hacer aquí, con tantos años de desprecio a las mercancías por ferrocarril, que han llevado a la alcaldesa de Girona Marta Madrenas a decir que hay que eliminar la estación de mercancías de Girona? Pues dándole la vuelta y hacer el camino necesario.

En este momento, si dejamos de lado Tarragona (con estación de mercancías en el puerto) y Lleida (sin posibilidad de mercancías por tren), las mercancías desde Barcelona salen desde Can Tunis y desde el Morrot, dos estaciones que casi no tienen vías para poder trabajar correctamente: 4 vías en el Morrot y 5 en Can Tunis, todas con ancho europeo. En total salen de Catalunya cada semana 15 trenes dirección a Europa que pueden transportar unas 22.500 toneladas, equivalentes a 930 camiones, que son cosquillas para los 100.000 camiones semanales que pasan por la Jonquera.

La urgencia de exportar en tren, además de ser un problema de seguridad y de precio futuro en el transporte, es también un problema de emisiones. Para verlo, para fabricar un papel higiénico que va a Suecia a partir de la celulosa que viene de Pontevedra, en la fábrica de Besalú tenemos unas emisiones totales en ciclo de vida de 638 g CO2/kg papel, en comparación con las emisiones estándares en el sector de 1.430 g CO2/kg. Si el transporte de la celulosa y el de producto acabado hasta Suecia lo hacemos en tren, estas emisiones bajan hasta 443 g CO2/kg (un 30% menos) y, todavía más importante, explican el relato a los suecos que, a pesar de la distancia, el papel puede contener también buenos valores en cuanto a emisiones, que tienden a cero en el futuro.

Desde esta visión es urgente potenciar el transporte por ferrocarril, visión que seguramente no se tiene desde un Madrid no industrial, ni exportador. Cosa que nos lleva en Catalunya a tener que liderar este camino, poniendo un objetivo ambicioso de cara al futuro: Catalunya debe hacer posible el cambio de ancho de vías de tren convirtiéndose en la primera área de la península que hace la transición. Y, para hacerlo, hay que ir poniendo las piezas una detrás de la otra. La primera puede ser la potenciación de la estación de mercancías de Girona. 

Primero haciendo llegar trenes en ancho ibérico. Después conectando la estación con el tercer hilo que pasa por las vías del lado. Esto permitirá exportar hacia Europa desde la estación de Girona, dando servicio a las empresas del Maresme, Vallès Oriental, la Selva, el Gironès, el Alt y el Baix Empordà, la Garrotxa, Osona y el Ripollès. Entre otras cosas, porque es muy difícil el acceso con camión a las vías de Barcelona, teniendo que circular por un área metropolitana con carreteras permanentemente saturadas de tráfico.

¿Por qué todavía no tenemos la estación del Far-Vilamalla? ¿Por qué los polos logísticos públicos de Cimalsa no tienen acceso al tren? ¿Por qué nadie obliga a que los parques logísticos tengan acceso al ferrocarril? Por qué no se hacen los proyectos de Montblanc, del Penedès y de la Llagosta? No hay más explicaciones que la que dice que el ferrocarril ha sido despreciado en el transporte.

Hay que decir que, cuando empezamos a impulsar el transporte de mercancías, aparecerá inmediatamente el problema de falta de espacio en Barcelona, razón que hace pensar que es necesario encontrar una solución para un nuevo espacio de carga de mercancías lejos de la gran ciudad. Y este lugar podría ser alrededor de Manresa, situado en el eje transversal, a disposición del Vallès Occidental, de Lleida, del Bages y de Osona. Con estas acciones se podría enfocar con no demasiada inversión la exportación con ferrocarril en Catalunya.

Finalmente queda el cambio de ancho de vía. Como es un paso difícil de hacer y de ver, la propuesta puede ser hacer un proyecto piloto para observar los problemas y trasladar posteriormente el cambio de ancho a todas las vías de Catalunya. Este proyecto piloto puede ser el cambio de ancho de vía desde Girona hasta Portbou. El cambio a ancho europeo no es demasiado costoso en inversiones (puesto que las travesías ya tienen doble anchura) y se podrían meter en un PERTE de los fondos europeos ‘Next Generation’.

Solo falta que nos lo creamos. Los empresarios de Girona debemos hacer piña desde la Cambra de Comerç para impulsar la estación de mercancías de Girona. Hacer ver que el camino es practicable y que solo quiere poner el objetivo. Por una vez Catalunya puede volver a liderar la economía de la península ibérica. La posición junto a la frontera lo hace fácil, razón por la que nos obliga a ser ambiciosos: sí al cambio de ancho de vía del ferrocarril para exportar y ser líderes en transporte sostenible.

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