Ágora

Del Hermitage al Liceu Mar: Barcelona con amor

Habrá que tener en cuenta la voluntad de rejuvenecer el público del Liceu, tarea que se ha iniciado, con cierto éxito, hace años.

Barcelona 19/01/22 Barcelona. El Liceu abrirá una segunda sede en el solar que dejará libre el Imax del Port Vell. Vistas del Imax de Port Vell. AUTOR: MANU MITRU.

Barcelona 19/01/22 Barcelona. El Liceu abrirá una segunda sede en el solar que dejará libre el Imax del Port Vell. Vistas del Imax de Port Vell. AUTOR: MANU MITRU. / MANU MITRU

José María Álvarez de Lara Morel

José María Álvarez de Lara Morel

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El abandono del proyecto de instalación de una franquicia del museo de Hermitage en Barcelona coincide con las dificultades que encontraba, desde hace tiempo, la franquicia emblemática de Ámsterdam y con la situación internacional que dificultaría su aprobación tanto por parte de los responsables públicos como de los ciudadanos. Los promotores del proyecto en Barcelona añadieron en los últimos tiempos una cesión de espacio para una ampliación del Liceu en el edificio previsto en la Barceloneta según el trabajo del arquitecto Toyo Ito.

Por pura casualidad, o no, las partes implicadas han logrado un acuerdo para utilizar el espacio que dejará libre el derribo del cine Imax en el Moll d'Espanya en el Port Vell, cerca del Aquàrium y de una zona comercial y de ocio, al final de la Rambla de Mar, promoviendo un nuevo espacio con el nombre de Liceu Mar. Este proyecto cultural ha suscitado comentarios unánimes y elogiosos por representar un aliciente y una apuesta para reforzar la actividad y la imagen cultural de la ciudad.

Los tres retos de Liceu Mar

Son tres los retos que tendrán que abordar los responsables de llevar a cabo este ilusionante proyecto. Primero, el contenido, segundo el continente y tercero, y no el menor, la financiación.

Los tres retos tendrían que ser abordados con una gran participación ciudadana, tal como se ha hecho en Barcelona durante décadas. Participación que queda reflejada, entre otros escritos, en el libro Barcelona, ciudad de la amistad. La ciudadanía tiene que apropiarse del proyecto.

Para el contenido habrá que tener en cuenta la voluntad de rejuvenecer el público del Liceu, tarea que se ha iniciado, con cierto éxito, hace años. Tal como se hace en varios equipamientos culturales de la ciudad, los responsables tendrán que buscar igualmente la opinión y complicidad del entorno: Aquàrium, Puerto y zona comercial. Además, el proyecto de contenido debe apoyarse sobre el dinamismo y reconocimiento internacional del ecosistema de creación e innovación de Barcelona y tender puentes entre ellos, así como la cooperación con otros establecimientos organizando ciclos con el Metropolitan de Nueva York, el Covent Garden de Londres, Bastille de Paris o la Scala de Milán.

Como Sidney

Para el continente, es decir, el edificio, este tendría que ser objeto de una consulta amplia para proponer un edificio acorde con la tradición rompedora y atrevida de la arquitectura de la ciudad. El 'componente mar' condicionará y diferenciará este proyecto arquitectónico. Este edificio del Liceu Mar debe un emblema de la conexión entre Barcelona, la cultura y el mar a la altura de la ópera de Sidney, con su teatro al aire libre en el agua, el de Atenas o el de Copenhague. Respetando las normas urbanísticas de la zona, el ganador del concurso será el que proponga un proyecto integrando la originalidad, la ubicación y la funcionalidad del edificio.

La financiación, tema clave, no tiene que ser un componente demasiado limitativo y podría ser la oportunidad para volver a los inicios de la actividad arquitectónica, cultural y religiosa de la ciudad de Barcelona, es decir, el protagonismo de lo que se llama ahora la sociedad civil ampliada a toda la ciudadanía. Una vez definido el coste del proyecto, tanto en su vertiente de contenido como de continente, llegará la hora de llamar a la sociedad civil y a la ciudadanía para participar a la financiación mediante mecenazgo, patrocinio, y otras formas de captación de fondos, incluyendo la individual de los ciudadanos. Se debería construir un sistema de incentivos innovador de la participación financiera, ya sea por mecenazgo, patrocinio o participación individual.

'Barcelona, con amor' podría ser el lema de la administración pública en su papel de coordinación de las iniciativas en el marco de los conceptos de la cooperación público-privado.

El proyecto Liceu Mar que abarca áreas culturales diversas podría ser un ejemplo de lo que es el management del siglo XXI o el 'Management by love', y podría inspirar a otros proyectos en este país y en el extranjero.

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