Apunte

Tres de tres

Pau Torres celebra el segundo gol en el partido de vuelta de los octavos de final de la Liga de Campeones de la UEFA entre Juventus y Villarealen el estadio Juventus Stadium en Turín

Pau Torres celebra el segundo gol en el partido de vuelta de los octavos de final de la Liga de Campeones de la UEFA entre Juventus y Villarealen el estadio Juventus Stadium en Turín / Marco Betorello / AFP

Mónica Marchante

Mónica Marchante

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Un éxito inesperado para la mayoría. Que tres equipos españoles de los cuatro que arrancaron la mejor competición estén ente los 8 mejores de Europa es como para quitarnos ese pesimismo que a veces nos ponemos de traje . ¡Que no estamos tan mal!, diría Laporta, lamiéndose las heridas de la Europa League...

Y además del qué es, en esta ocasión, el cómo. Tras el descanso del Bernabéu, con el gol de Mbappé en el marcador de Chamartín, ¿alguien daba un duro por el Real Madrid? Sí, Donnaruma, la falta (o no), pero solo la fe de Benzema, especialmente en esa acción, y de Modric con su batuta de director magistral, contagiada al resto de futbolistas del Real Madrid, les hizo volar. Como tantas veces a lo largo de su historia, espoleados por ese espíritu que volvía a asomar por el Santiago Bernabéu convenciendo al más escéptico de que la historia de las remontadas de los blancos, en Europa, tiene algo de sobrenatural.

El viejo sueño

Con serios problemas para alcanzar la cuarta posición en la Liga, cruzarse con el Manchester, pese a su irregularidad, incluso con Cristiano languideciendo en sus filas... no parecía la mejor medicina para este desdibujado Atleti. El hat-trick del portugués en vísperas del partido de vuelta, tras un 1-1 que no hizo justicia al partido de los rojiblancos en su casa, hizo temer a algunos volver a ser un juguete en manos del portugués. 

Puede que el Atleti haya muerto de éxito este año tras ganar la Liga. Pero contra los reds los colchoneros demostraron que sus ganas de Champions siguen intactas, y que recuperar a Griezmann y ponerle a jugar al lado de Joao Félix, manteniendo su vieja fiabilidad atrás, les puede devolver al viejo sueño por conseguir la orejona.

Confrontar la población de Villarreal, unos 50.000 habitantes, a la del resto de ciudades que «jugarán» los cuartos, explica el romanticismo y el mérito que tiene la gesta del submarino amarillo. El fútbol, Sr. Agnelli, es esto. Y lo seguirá siendo siempre. Pau, el chaval del poble marcando el gol que sentenciaba a la poderosa Juve. La inversión y el trabajo bien hecho de los Roig durante décadas y la dedicación de José Manuel Llaneza. Cosas que no tienen precio.

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