Subida de precios

La inflación va fuerte

Ante la guerra de Ucrania, la adopción de medidas monetarias restrictivas para controlar los precios resultan inadecuadas en un momento en que la primera prioridad es fortalecer la frágil recuperación económica

La tensión en Ucrania aviva el riesgo de una elevada inflación en España

La tensión en Ucrania aviva el riesgo de una elevada inflación en España

Jordi Alberich

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La inflación del mes de febrero, que ha escalado hasta el 7,4%, ha encendido todas las alarmas. Además, la subyacente, aquella que no contabiliza energía ni alimentos no elaborados, se sitúa ya en un 3%. Un temor comprensible, pues la guerra de Ucrania acentuará y prolongará esta tendencia, como ya ha sucedido en los pocos días transcurridos desde el inicio de la barbarie rusa.

No es la primera vez que nos encontramos con episodios inflacionistas, pero de poco nos servirán las lecciones del pasado, pues en esta ocasión las circunstancias son muy distintas. Desde esta nueva realidad, hemos de analizar posibles actuaciones en política monetaria, energética y salarial. Así, la adopción de medidas monetarias restrictivas para controlar los precios resultan inadecuadas en un momento en que la primera prioridad es fortalecer la frágil recuperación económica. Por ello, tras el estallido de la guerra, las autoridades han tardado poco en posponer la prevista subida de tipos de interés. 

Acerca del control de los costes energéticos, en plena transición hacia fuentes renovables, el margen del Gobierno español es muy limitado por lo que, caso de seguir con unos precios descontrolados, la alternativa reside en que, al afectar a toda la Unión, sea desde el ámbito europeo que se adopten medidas contundentes para moderar un alza insostenible para familias y empresas.

Y, por lo que a la demanda de contención salarial se refiere, esta nos alcanza tras muchos años en que los trabajadores, especialmente tras la devaluación competitiva que acarreó la crisis de 2008, han ido perdiendo poder adquisitivo. Así las cosas, habrá que esperar si, en unos meses, la inflación se reconduce pues, de lo contrario, difícilmente el alza de los precios no se trasladará a los salarios. En este sentido, de momento los aumentos salariales podrían compensarse, en parte, con menores rendimientos del capital y de los altos puestos de dirección. Sería señal de entender la complejidad del momento. 

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