Las relaciones México-España
Editorial

Editorial

Los editoriales están elaborados por el equipo de Opinión de El Periódico y la dirección editorial

Por qué confiar en El PeriódicoPor qué confiar en El Periódico Por qué confiar en El Periódico

López Obrador se desdice y no aporta pruebas

El presidente de México, Andrés Manuel López Obrador, en su habitual conferencia de prensa matutina de este miércoles

El presidente de México, Andrés Manuel López Obrador, en su habitual conferencia de prensa matutina de este miércoles / EFE

El presidente de México, Andrés Manuel López Obrador, amagó la semana pasada con “poner en pausa” las relaciones con España. Presuntamente, lo proponía como respuesta a unos imprecisos abusos de algunas empresas españolas presentes en el mercado mexicano. Han pasado los días y no ha presentado concreción alguna, ni de qué empresas hablaba ni de qué prácticas se refería. Tampoco ha acudido a la fiscalía de su país, que es lo que correspondería si realmente sus insinuaciones tuvieran alguna base. No lo ha hecho, ni tampoco ha hecho efectiva su amenaza de pausar las relaciones entre ambos países. Más bien se ha echado atrás y su ministro de Exteriores ha corregido el tiro sin enmendarle la plana.

La falta de un discurso claro desde España en torno a su pasado en América Latina da alas periódicamente a los populistas de todo signo en aquel continente para cargar contra nuestro país sin otra fundamentación que la vergüenza que puede causar hoy lo que se hizo en otro momento y en otro contexto. Pero lo de López Obrador, como tantos otros, no es nada más que populismo sin buscar ningún tipo de reconciliación con el pasado ni de mejora del control de la actuación actual de las empresas. El presidente mexicano debería igualmente recordar que en la era de la globalización los flujos son multilaterales e importantes empresas de su país, algunas estatales como Pemex, han tenido y tienen importantes intereses en España y no siempre de manera modélica.