Pros y contras

Carnaza y gestión empresarial de un divorcio

La infanta Cristina e Iñaki Urdangarin hablan de su separación como si fuera un contrato. Y, de hecho, debe parecerse bastante a eso

Iñaki Urdangarin y la infanta Cristina a su llegada a la Audiencia de Palma, donde se celebra el juicio del caso Nóos, en febrero del 2016

Iñaki Urdangarin y la infanta Cristina a su llegada a la Audiencia de Palma, donde se celebra el juicio del caso Nóos, en febrero del 2016 / EFE / CATI CLADERA

Josep Maria Fonalleras

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Hay cosas que me importan mucho, cosas sin las que no puedo pasar, cosas sin las que puedo vivir con comodidad, cosas que no me importan nada y, al final de todo, está la separación entre la infanta Cristina e Iñaki Urdangarin. Es un asunto privado y así debe tratarse, aunque como los personajes son públicos el descarnamiento que se aplica a la pareja es monumental. Los programas de carnaza se frotan las manos. A mí, lo que me interesa es la literatura. Para ser exactos, la literatura (gris, funcionarial) aplicada al asunto en cuestión. La mayoría de parejas que se separan viven el momento con dolor y angustia. Todos pierden, porque se pierde algo que existía y que ahora ya habita en el limbo del olvido. Ellos, no. Ellos dicen que "lo gestionaremos de la mejor manera posible". Gestionar es un verbo magnífico (e inusual) para hablar de un divorcio. Es pretencioso. Y no se divorcian, sino que "interrumpen la relación matrimonial". Y, para acabar de abonar el teatro sentimental, dicen que el compromiso con sus hijos “sigue intacto”, como si fuera una heroicidad no prevista por los códigos morales. Es que me da la risa. Hablan como si discutieran un contrato. Y, de hecho, debe parecerse bastante a eso.

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